"Más inversión en Educación", "Menos ratio, más docentes", "No sobran niños, faltan profesores", "Gobierne quien gobierne la Educación se defiende", "Faltan maestros, sobran políticos" o "Con nuestros niños no se juega", son los gritos de guerra de aquellos padres, docentes y ciudadanos en general que están peleando para que el colegio sea un entorno seguro en esta pandemia del coronavirus.

Este 18 de septiembre, primer día de huelga educativa del curso escolar 2020/2021, uno de los más complicados que se recuerda, ha terminado en Rota con una concentración en el Bulevar Bahía de Cádiz a la que han asistido en torno a 180 personas que han gritado la necesidad de reclamar responsabilidad y trabajo a los políticos de los que dependen la seguridad en las aulas.

Tras un seguimiento importante del alumnado en este parón de clases, un 85% de escolares no ha ido hoy al cole, y un 67% del profesorado tampoco lo ha hecho, la Federación Local de Asociaciones de Padres y Madres (FLAMPA) no quería que este día reivindicativo terminara en eso, por ello, se convocó esta concentración en el Bulevar Bahía de Cádiz donde la presidenta de la FLAMPA, Charo Martín-Arroyo, arropada por otros miembros de la federación y de AMPAS, ha dado lectura a una especie de comunicado que básicamente, se resume en la necesidad de trabajar por un curso escolar seguro.

Para ello, como familiares de alumnos, pero poniéndose también en la piel de los profesores, han reclamado medidas que garanticen la seguridad en las aulas empezando por una bajada de la ratio, una mayor contratación de personal docente y de apoyo, presencia de atención sanitaria en los centros educativos, y más inversión en recursos para mejorar la Educación.

Todo eso se echa en falta en un año que se avecina complicado porque el coronavirus parece que no va a irse y el miedo de muchas familias a enviar a sus hijos al colegio, donde deben estar 25 en un mismo espacio cerrado, es patente. De hecho, como decía la presidenta de la FLAMPA, cuando ya llevan los colegios una semana abiertos, hay padres que todavía no han enviado a sus hijos a clases, se sienten desprotegidos y reclaman seguridad.

Esta lucha, han dicho hoy los presentes, no tiene nada que ver con la política, se trata de educación segura y de calidad y ni la Junta de Andalucía con el PP a la cabeza, ni el Gobierno central con el PSOE, reivindicaban esta tarde, han hecho su trabajo.

Por eso, la unanimidad debe ser absoluta en este camino que queda. La FLAMPA prevé que será un curso de movilizaciones hasta no conseguir que quien tiene las competencias directas en Educación reacciones y ponga a disposición los recursos que se necesitan.

Charo Martín-Arroyo, que ha sido de nuevo la voz de los que se manifestaban, entre los que había padres, docentes, pensionistas, ciudadanos en general y políticos (PSOE, IU y Podemos), ha puesto sobre la mesa el difícil papel de los profesores, que afrontar la jornada lectiva sin recursos ni medios con los que garantizar seguridad a sus alumnos, pero también el de los padres que, pese al miedo, ponen buena cara a sus hijos para no preocuparlos y los envían al cole porque no tienen más remedio. Porque la conciliación también sigue siendo una asignatura pendiente.

"Nos han dejado solos", lamentaba la presidenta de la FLAMPA, refiriéndose a los políticos a los que ha echado en cara poco trabajo, poca coordinación y hasta algo de cara dura cuando intentan maquillar la situación real que se están viviendo en los colegios. "Hemos agachado la cabeza", decía a los padres que han seguido las indicaciones de la Consejería de Educación casi sin rechistar "y nos han tomado el pelo". Por eso, insisten desde la FLAMPA, hay que seguir en la lucha y no decaer para acabar con la precariedad laboral de los docentes y la inseguridad de los alumnos.

Todos quieren una vuelta al cole presencial, pero segura, algo que ahora falla y por lo que este 18 de septiembre se ha convocada una huelga educativa que en Rota ha tenido buen respaldo de las familias.  FLAMPA daba las gracias a aquellos que la han secundado deseando que este país se tome en serio la Educación.

Quizás, en esta concentración convocada para poner fin a la jornada de huelga educativa, muchas más familias y profesores deberían haber estado presentes para que los gritos de guerra hubieran sonado más alto. Los que han estado, lo han intentado con su presencia.