Los inconvenientes planteados por la crisis sanitaria del coronavirus, las recomendaciones sanitarias y la necesidad de no propiciar aglomeración de público en las calles han hecho que finalmente, la asociación de vecinos "El Chorrillo", que se encargaba cada domingo de organizar el rastro de segunda mano en el paseo marítimo del Rompidillo no se celebre este verano.

Desde la asociación, que ahora preside Sandra Reyes,  han aclarado a este medio que es imposible como asociación y los recursos con los que cuentan, hacerse cargo de controlar que se mantenga el distanciamiento social, ofrecer un aseo público en el que se debe contratar a una persona de forma permanente para desinfectarlo tras cada uno, o garantizar que los productos que se venden no estén "contaminados". Por ello, y pese a la gran repercusión que tiene este rastro desde sus inicios, este verano no podrá montarse.

Según miembros de esta entidad, un domingo de julio o agosto pueden llegar a concentrarse más de 200 personas vendiendo manualidades o artículos de segunda mano, y que muchas de ellas vienen de Chiclana, Chipiona, Sanlúcar, Puerto Real, El Puerto de Santa María y otras poblaciones cercanas a Rota. Muchos de ellos, indica el presidente,  en veranos anteriores solían llegar el sábado por la tarde, pasaban la noche en la localidad y se ponían a montar temprano el domingo su tenderete eligiendo el sitio que más le convenía. Teniendo en cuenta esta dinámica, y que con el personal de la asociación no pueden controlar dónde debe ponerse cada uno, la forma de organizar el rastro ante esta situación provocada por la crisis sanitaria del Covid-19, dificulta mucho la gestión.

Eso sí, como hay muchos interesados porque algunas familias sacan un dinero extra vendiendo este tipo de artículos ya usados, la propia asociación vecinal les ha propuesto que se reúnan por su cuenta e intenten establecer con el Ayuntamiento de Rota una ubicación, si la del paseo marítimo no es la ubicación correcta ante las circunstancias actuales.

Según la asociación de vecinos "El Chorrillo", pese a las múltiples llamadas que reciben preguntando por el rastro, la entidad no se atreve a hacerse cargo de su organización y a la vez procurar que se cumplan todas las medidas sanitarias ni por parte de vendedores ni por parte de los clientes o ciudadanos que pasean, máxime cuando hay un tramo del paseo marítimo que se convierte en una especie de cuello de botella donde es complicado el distanciamiento social.

Así las cosas, el paseo marítimo del Rompidillo no tendrá este verano su rastro de segunda mano.