Diario del año del coronavirus
Expansión
Balsa Cirrito
Uno de los lugares más agradables de Rota es la Vía Verde. No sé si todo el mundo la conoce. Se sitúa por donde marchaba la antigua vía del tren y llega (o llegaba) hasta Sanlúcar. En realidad, tenía pensada esta página como una petición al ayuntamiento para que adecentara la mencionada vía. Al final, no hay necesidad, porque se me han adelantado y ya luce despojada de toda la broza.
Lo cuento porque durante las últimas semanas, dado que las horas del paseo están circunscritas a un periodo muy determinado del día, la Vía Verde se asemeja a una romería. Decenas y decenas de personas ora caminando, ora en bicicleta, salen a esa especie de cuña de la ciudad en el campo, que como el año ha sido lluvioso, se veía, ya digo, asaltada por maleza, con algunos pasajes realmente estrechos y donde había que detenerse para dejar pasar a otros ciclistas o paseantes. Y no era una petición de pedir por pedir, buena parte de la maleza que devoraba la Vía Verde eran espinos. La posibilidad de ir en bicicleta a cierta velocidad y llevarse por delante una rama florecida de púas era muy grande.
Con esa furia por el paseo que nos ha entrado a todos desde el confinamiento, son muchos, pues, los roteños que huyendo de aglomeraciones urbanas se lanzan al semicampo, encontrándose casi con una aglomeración semejante. De todas maneras, hay algo que sí quiero pedir al municipio, aunque reconozco que no sé si es competencia suya, de la Diputación, de la Junta o del almirante de la Flota.
Antes decía que la Vía Verde llegaba hasta Sanlúcar, pero eso era en el pasado. Desde hace más de un año, los dos puentecillos que hacen que se pueda cruzar la carretera general están cerrados, lo cual impide al gremio de los ciclistas – que éramos quienes sobre todo lo utilizábamos – que lleguemos hasta Chipiona o hasta Sanlúcar por un camino realmente seguro (por cierto, y dicho sea esto sin demasiada zumba contra nuestros hermanos chipioneros. Se sabe cuando la Vía Verde entra en el término municipal de Chipiona porque comenzamos a encontrarnos a gente montada en ciclomotores circulando por la vía, pese a que los vehículos de motor estén prohibidos. En la parte de Rota es algo que no he visto jamás) (Rota, Rota, Rota..., e oé oé oé...).
En fin, que me desvío, no estaría mal que la autoridad competente, cualquiera que sea, arreglara de una vez los dos puentecillos; tiempo han tenido de sobra. Sin ellos, la Vía Verde carece de sentido.
Ahora los ciclistas no tenemos más remedio que conectar con el carril bici y acercarnos hasta Costa Ballena. Aunque, las cosas como son. Costa Ballena se encuentra en este momento prácticamente vacía, algo raro en esta época del año y con estas temperaturas. Cuando marcho en bicicleta por allí, hay zonas donde el perfume de las flores es muy intenso, como pocas veces he tenido ocasión de experimentar, y, para que vamos a engañarnos, casi nada más que por eso merece la pena la pedalada. En algún momento he tenido la extravagante idea de que las flores huelen tanto porque, al haber menos gente, no le han gastado el perfume. (Lo sé, una chorrada).
En fin, no me extiendo. La Vía Verde es en este momento una expansión para los paseantes que hay que cuidar y mejorar. Que se ponga a ello la autoridad competente, que como no sé cuál es , se lo digo a todas.
Hermano Lobo | Martes, 26 de Mayo de 2020 a las 20:01:37 horas
La frase acerca del olor de las flores no es ninguna chorrada, es genial.
No te tomes la vida demasiado en serio. No saldrás de ella con vida (E. Hubbard)
Saludos
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