Series de TV para un confinamiento (por Manuel García Mata)
Por fin empieza a clarear el nubarrón, como consecuencia de ello y, no olvidemos, por la premura de hincarle el diente a la anhelada recuperación económica se abre la puerta para que poquito a poco recuperemos la calle. Quizá haya quienes no se sientan satisfechos con tan pequeño bocado, pero algo es algo.
Una vez valorado el ratito de recreo, sobre todo para quienes cumplen con la normativa, ya que hay quienes que más que recreo disfrutan casi todo el día de una “rabona” perpetua durante todo el confinamiento en la puñetera calle, por mucho que doña Encarna Niño presuma del civismo de la gente de Rota. Señora, que le quede claro, tanto como ejemplar la actitud… permita que lo dude, no hay más que echar una miradita por la ventana o por el balcón a la calle para contemplar el espectáculo. Como se iba diciendo, que con tanta explicación se nos aleja el asunto, para quienes aún les quedan muchas horas que llenar, desde muchas instancias se nos han ofrecido recomendaciones de ocio. El problema reside en que no sabemos dónde está la información y dónde la propaganda. Por esta razón, me atreveré a comentar las series de las que he disfrutado estos días por si fuera de utilidad.
La primera, “Pose”, dos temporadas cortas, 8 y 10 episodios respectivamente. Serie americana ambientada a finales del siglo XX en New York, que trata con rigor, crudeza y sensibilidad el mundo de las personas “trans”, de sus espectáculos de pasarela, de la incidencia del VIH y de toda la problemática que se genera en torno a este colectivo. Bella, humana, espectacular, donde las alegrías y las tristezas se salpican, como la vida misma.
La segunda, "The Night Of”, otra serie americana. Ocho capítulos intensos, vibrantes, en los que se desarrolla una investigación sobre un asesinato, con muchas connotaciones de racismo, mala praxis policial y deficiente labor judicial. Ambientada también en New York en época más reciente cuenta con un excelente elenco de actores y actrices, entre los que John Turturro brilla en el papel de abogado defensor. Muy emocionante, con un primer capítulo sobresaliente, de lo mejor que se puede ver.
La tercera, “Unorthodox”, la serie de moda. Germano-estadounidense, en sus cuatro capítulos narra con realismo y valentía la fuga de una mujer yidish de su casa, de su ciudad, abandonado a su marido y el opresivo y ominoso ambiente de su comunidad, en busca de la libertad que le permita ser ella misma. Actual, directa y liberadora. Basada en la historia real de Ester Saphiro, que la actriz Shiva Haas borda en su interpretación.
La cuarta, “Olive Kitteridge”, miniserie de cuatro capítulos, localizada en una pequeña ciudad imaginaria del estado de Maine. Más profunda que emotiva, se potencia con la participación de reconocidas figuras de la pantalla: Frances Mc Dormand, Richard Jenkins, Peter Mulan y Bill Murray. Como garantía obtuvo numerosos reconocimientos traducidos en premios como el Globo de Oro a la mejor miniserie.
La quinta, “Show Me A Hero”, que se desenvuelve en la pequeña ciudad de Yonkers, estado de New York. Seis capítulos que narran el ascenso y caída de un joven político que nace con la frescura y la fuerza de sus años y va siendo devorado por el entorno, los problemas, la guerra sucia de la cosa pública, borrando todo el empuje inicial en su ansia por buscarse un sitio. Ágil, dinámica, apasionante.
Como colofón los propongo un clásico, “Band of Brothers” (“Hermanos de Sangre”) de 2001. Producida por la mano mágica de Steven Spielberg y por Tom Hanks, relata en diez capítulos los avatares de la compañía Easy de paracaidistas del ejército americano. Después de veinte años sigue conservando el interés de una historia cuajada de realismo, además de resultar curioso ver los primeros pasos de una serie de actores que han ido encontrando hueco en el difícil mundo del cine.
Obra genial donde las haya.
Si alguien tiene interés estoy seguro que no le defraudarán.
Manuel García Mata
Rosalía | Jueves, 07 de Mayo de 2020 a las 22:16:11 horas
Estupendo señor Mata,ahora sólo toca soltar la manteca cada mes a Neflix o cualquier otra plataforma similar.También se podría hablar con el lider de su partido el sr.Iglesias para que junto al salario mínimo vital de cada mes, nos pague la suscripción a dichas plataformas o ya puestos...que también entre en una cartilla futura de racionamiento como elemento cultural.
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