Cuando todos nos enfrentemos a la verdad (Juan Alberto Izquierdo Barriento)
Somos testigos de una catástrofe natural, de una grave pandemia, de una alteración socio-económica jamás conocida para los que no alcanzamos los noventa años, que ha alterado nuestro ritmo de vida constante, que en la mayoría de los casos estaba sobre acelerado.
Son tantas las cifras que recibimos y la sobre información a la que estamos expuestos, que somos capaces incluso de creer que este virus nos vigila, que tiene ojos con los que nos mira queriéndose llevar a nuestros tesoros más preciados. Son tantas las expectativas que nos creamos, que quizás pensemos que mañana sea un nuevo día en el que el tirano nos abandone, o algún súper héroe en un laboratorio descubra su antídoto letal. Ojalá fuera todo tan sencillo.
En esta debacle los realmente responsables hemos sido los humanos, confinándonos en nuestras casas, aprendiendo a utilizar medidas higiénicas, y a reinventarnos con las medidas higiénico-sanitarias cuando con una bolsa de basura fabricábamos una bata, con un trozo de PVC se inventaban pantallas de protección, o con las manos de una sabia costurera se cosían con cada puntada las mascarillas más humildes y eficaces que podíamos encontrar en el mercado.
Hemos pasado de reírnos de nerviosismo a temblar de pánico por los que se contagiaban cerca, a llorar por nuestros fallecidos, abuelos y abuelas, en su mayoría, que han dejado huérfanos a sus nietos, huérfanos de sabiduría de sus mayores, huérfanos de ternura y de soledad.
De repente, como si no nos diéramos cuenta, estaremos cruzando los dinteles de las puertas de nuestras casas, con recelo y miedo a lo que nos espera ahí fuera, enfrentándonos a la verdad. Con ganas de volver a la normalidad, pero con la duda de si nuestras vidas serán las mismas. Querremos proteger a nuestras familias como si la vida se nos fuera en ello, nos esperan nuestros negocios y nuestros trabajos, empolvados en muchas ocasiones por las obligaciones marcada por ley.
La incertidumbre, esa es una de nuestras grandes pesadillas, miedo a no saber cómo afrontar de nuevo nuestro día a día. Queremos que todo sea como antes, con el bullicio diario, en el que los días pasaban sin llegar a pensar lo que había sucedido el día anterior, en el estado contradictorio al que vivimos hoy. Queremos que todos nuestros trabajadores vuelvan a su rutina, que nos llamen nuestros proveedores y nuestros clientes, que vuelvan los niveles de confianza suficientes para que se restablezca el consumo, a tener lo que ahora anhelamos, una vida “normal”. Ahora más que nunca nos necesitamos los unos a los otros.
Será en este momento cuando seremos realmente conscientes de que estamos ante la verdad, ante la vida, la que nos da lecciones a diario, la que nos pone a prueba cada día, y la que nos delata de nuestra vulnerabilidad. Hemos tenido la mejor oportunidad de apreciar los valores de la familia, los valores de lo innecesario, de lo justo, hemos sido más solidarios que nunca, hemos ayudado a los que no conocíamos, hemos aprendido a valorar el servicio de los que trabajan a diario pese a estar expuestos al virus, estamos aprendiendo a ser seres humanos.
Juan Alberto Izquierdo Barriento
José Luis Pineda Acosta | Jueves, 23 de Abril de 2020 a las 14:00:44 horas
EL CORONAVIRUS U OTRA FUTURA PANDEMIA ME RECUERDA UNA CLASE DE ANTROPOLOGÍA.
TRABAJO DE ANTROPOLOGÍA
Es imprescindible contextualizar las sociedades.
Tipo de relaciones sociales,unidad de análisis:
1º Contexto económico
2º Contexto Político
3º Contexto cultural
Motivaciones individuales y colectivas.
¿ Que percepción podemos tener de una sociedad que práctica el crimen?
Trabajos precarios con salarios de miseria ?
¿Que precio estamos dispuesto a pagar?
¿Pagar con la vida y encarcelamiento de la gente?
Conformismo es:
La reacción del cobarde ante una situación histórica que no quiere entender.
LO QUE ES, NO ES VERDADERO,LA REALIDAD NOS LA CONSTRUYEN
Y MANIPULAN OTROS POR INTERESES Y PODER.
Las sociedades humanas no está determinada por la naturaleza,sino que es la única
entre las especies animales que organiza su convivencia según leyes lingüísticas de
y no genéticas,de modo que a lo largo de la historia han existido multitud de formas
de sociedad:
Tribales,patriarcales,matriarcales,monárquicas,aristocráticas,dictatoriales,
democráticas etc. Y que tan variadas como las formas de sociedades han sido los
sistemas económicos que han regulado la producción y distribución de la riqueza:
Trueque,reciprocidad,esclavísmo,capitalísmo mercantil,capitalísmo industrial,
Capitalísmo financiero o Neocapitalísmo.
La historia es una construcción humana,igual que toda la cultura,no es,son estáticas
son dinámicas y PODEMOS CAMBIARLA.
HOY MÁS QUE NUNCA DEBEMOS CAMBIARLA POR EL BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD.
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