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Redacción
Jueves, 09 de Abril de 2020

Diario del año del coronavirus

Road Movie

Balsa Cirrito

[Img #132363]Creo que ha bajado el precio del petróleo, e imagino que igualmente habrá bajado el precio de la gasolina, aunque no lo sepa a ciencia cierta puesto que, obviamente, no le echo al coche ni una lágrima de benzina.

           

No sé si lo he contado por aquí, pero me he sacado el permiso de conducir hace cinco o seis meses. De resultas que conducir para mí es todavía una experiencia novedosa, excitante y divertida. Alucinantemente divertida. En realidad, estoy orgulloso de haberlo hecho, porque a mí edad se suele entender que hay cosas que ya uno no puede o no debe conseguir, lo cual para mí es un estimulante de narices.

           

Pero a lo que voy. Quizás en lo que más me gustara romper este confinamiento fuera para coger el coche y salir a la carretera. Salir sin rumbo. No sé, por ejemplo, tirar por la Ruta de la Plata, recorrerla cuan larga es, disfrutar de la enorme planicie.

           

Contemplar el paisaje desde las ventanillas del coche es algo ciertamente hipnótico. Pero ahora, con las carreteras prácticamente vacías, tiene que ser casi como conseguir diez vidas extra en una máquina de los antiguos recreativos. La sensación de encontrarse solo en la carretera seguramente se parecerá a conducir en Mad Max, (hablo de la primera entrega que protagonizara Mel Gibson); o, mismamente como jugar en uno de esos vídeo juegos de conducción donde la carretera te pertenece porque no hay nadie más circulando; o como vivir en cualquiera de las infinitas distopías de las series de televisión. Porque supongo que ya se han dado cuenta de que vivimos en una de esas, en una distopía.

           

Entiendo que de ahí proviene cierta excitación de la imaginación que experimentamos. Recuerdo que el último día lectivo antes de La Gran Reclusión, los alumnos del instituto andaban revolucionados, pero no solo por la perspectiva de que se iban a fumar un montón de clases, sino porque entraban en el terreno televisivo. La vida iba a comenzar a parecerse a la televisión. Era algo tan insólito. Meterse en casa para escapar de un misterioso virus...

           

Realmente, juraría que todos tenemos la sensación de estar viviendo algún tipo de aventura, lo cual, me atrevería a decir, es la fuente de cierto oscuro optimismo que se encuentra escondido en nuestro interior. El cine nos hace pensar que somos personajes de una historia que acaba bien, porque las pelis que nos gustan siempre acaban bien. Eso sí, si por la noche escuchan gruñidos a la puerta de sus casas, no abran. Son los zombis.

 

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