El amor y la esperanza son las palabras que definen al Lunes Santo en Rota haciendo alusión a los dos titulares de la Hermandad del Amor que hoy tendrían que estar preparados para salir a la calle a realizar su salida procesional. No habrá estación de penitencia en la calle en esta Semana Santa extraña y para la junta de gobierno de esta joven y pequeña hermandad, se vive con especial sensibilidad y tristeza.

Después de tantos altibajos, con incluso dos años de gestora, Pepi García González cogía las riendas como hermana mayor, primera mujer en una hermandad de penitencia en Rota que asume este cargo, y junto a su junta de gobierno, ha trabajado muy duro en el último año para poder enderezar la senda. Por eso, quizás, porque en cierta forma, querían ver en la calle el resultado de todo el esfuerzo hecho, es por lo que este Lunes Santo es especialmente amargo para ellas. Y decimos ellas porque si alguien tira del carro en esta joven hermandad han sido especialmente las mujeres que profesan su devoción al Cristo del Amor y a Nuestra Señora de la Esperanza del Calvario. Son una pequeña gran familia que se ha unido para impulsar lo que por mala gestión se estaba estropeando.  En los últimos meses, han saneado cuentas de la hermandad y han pagado deudas.

Fruto de ese trabajo, de rifas, eventos solidarios, aportaciones y donaciones, en esta salida procesional, que hubiera sido posible si la pandemia del coronavirus no hubiera reventado la vida diaria del país, se hubieran visto muchos estrenos posibles. Así los ha enumerado Pepi García a Rotaaldia.com en una conversación telefónica esta mañana en la que no ha podido  evitar emocionarse. Entiende que la salud de todos es lo primero, porque sin salud no hay nada, pero reconoce que es un día amargo.

Entre los estrenos de este año, estaban los cuatro guardabrisas del paso de la virgen Nuestra Señora de la Esperanza del Calvario,  las caídas del paso gracias a la donación de la tela y la confección en el pequeño taller de la hermandad; y el manto, sobremanto y saya de la Esperanza, humildes, sin bordados, pero realizados con mucha fe y devoción. Por otro lado, habían conseguido gracias al trabajo del Grupo Joven hacerse con tres nuevas cartelas del paso de Cristo, y la donación de un hermano de un pelícano nuevo para el paso. Además, el Cristo del Amor iba a lucir la corona de espinas regalada por el exaltador de este año. Las ropas de los acólitos era otro de esos estrenos que con mucho esfuerzo han salido del taller de una hermandad  que ha vivido estos días con especial tristeza.

Ayer, cuando tenían que estar montando los pasos, ultimando detalles, hoy recibiendo a la Corporación y listos para abrir las puertas de la iglesia del Carmen, tienen cierta angustia. Muchas de las hermanas son personas mayores, de la barriada de El Molino, que han visto crecer esta hermandad, y por las que Pepi García en su papel de hermana mayor se ha preocupado especialmente de enviarles un mensaje de ánimo y fe.

Viacrucis en directo esta tarde

La hermana mayor ayer mismo envió a los hermanos de la Hermandad del Amor un mensaje de ánimo y de fuerza en una carta en la que les manifestaba que aunque no puedan estar en la calle, cada uno tendrá que hacer su estación de penitencia de forma íntima. Que no haya pasos no significa que no haya fe, así que para acercar un poco de esa fe a los fieles, esta tarde a las 19.00 horas desde la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, solo los miembros de la junta de gobierno de la hermandad acudirán para rezar un viacrucis que se intentará retransmitir  por redes sociales.

La esperanza, como la de todos los cofrades, es que 2021  volverán a la calle y realizarán este ejercicio práctico de fe compartiéndolo con otros tantos fieles, así que en este Lunes Santo, el mensaje de la hermana mayor de la Hermandad del Amor no es otro que desear que todo pase, que la pandemia termine y poder celebrar una misa de hermandad donde todos puedan volver a estar juntos.  La Semana Santa del año que viene se disfrutará el doble, ha manifestado Pepi García emocionada y preocupada por algunas hermanas que la llaman mostrándole su pena. Su teléfono arde en estos días, pero sabe que todo pasará y que estos días especiales para los católicos habrá que vivirlos de manera muy diferente a otros años.