Los hosteleros roteños miran con cierto temor e incertidumbre la vuelta al trabajo
La hostelería es uno de los sectores que está sufriendo de forma acuciante este estado de alarma por el coronavirus. Hay mucha incertidumbre sobre cuándo podrán volver a abrir sus bares y restaurantes y sobre todo, cómo va a ser esa vuelta al trabajo.
De los propietarios con los que ha hablado Rotaaldia.com, ninguno se atreve a augurar el nuevo panorama en el que tendrán que volver a trabajar. Entre los consultados, los hay más positivos que otros pero todos coinciden en que será diferente.
En estos días, pasan jornadas confinados en sus casas con sus familias como el resto de ciudadanos y dan vueltas a la situación que se les ha presentado como a otros tantos sectores. Todos se han acogido a la alternativa que el Gobierno puso sobre la mesa de hacer un ERTE (Expediente de Regulación Temporal del Empleo) y de esta forma, enviar a los trabajadores al paro mientras dure el impacto económico del coronavirus. Es la opción más viable mientras que sus ingresos están a cero.
En el ánimo de todos hay cierta tranquilidad actualmente puesto que, como han manifestado a Rotaaldia.com, no les queda otra que estar de brazos cruzados. La situación no depende de ellos y sin tener margen de maniobra, prefieren tomárselo con calma. Diferente es cuando se les pregunta por esa vuelta a una supuesta normalidad. Muchos coinciden en que nada será igual tras la crisis sanitaria creada por el coronavirus. Unos lo plantearán como la reapertura de un negocio que partirá de cero dado que no alcanzan a imaginar cuál será el comportamiento de los clientes, si acudirán a los bares deseosos de volver a la rutina que acompaña al buen tiempo en esta zona del sur; o si serán cautos y se quedarán en casa pese a que el estado de alarma se levante. Otros tienen claro que esta situación excepcional servirá para cambiar muchos hábitos de trabajo en lo que a higiene sanitaria se refiere entendiendo que habrá que ser mucho más estrictos, y sobre todo, que cambiará la forma de interactuar que se tenía hasta ahora entre trabajadores y clientes e incluso entre la propia clientela. Poner pantallas entre mesas, separar más físicamente a los comensales, y dar de esta forma garantías al comensal al estilo estadounidense donde este tipo de prácticas ya es habitual, es un planteamiento que no se descarta. También los hay que piensan que cuando la tormenta pase, por la propia forma de vida que hay, la normalidad se irá implantando poco a poco.
Un verano con más incertidumbre que nunca
Teniendo en cuenta que Rota es un pueblo costero, que vive del turismo en los meses estivales y que esa época es la mejor del año para mejorar los ingresos, el verano se ve con mucha incertidumbre. Desde los que creen que el turismo se resentirá y se notará, a los que son más positivos y espera que la crisis haya pasado cuando llegue julio o lo que echando la vista atrás en veranos anteriores, manifiestan que el verano siempre es incierto. Sin ir más lejos, apunta un hostelero, el año pasado con el viento de poniente y el mal tiempo que hizo prácticamente todo el verano, tampoco fue una buena temporada.
En cualquier caso, prefieren no adelantarse, ir viendo poco a poco cómo evoluciona todo este panorama excepcional que todavía cuesta creer. Si la situación se prolonga un mes más, como es probable que lo haga. algunos dueños de bares que llevan años en la profesión entienden que tienen para tirar de un pequeño colchón pero será complicado si la cosa va más allá. A otros, les coge con un proyecto recién iniciado donde prácticamente invirtieron sus ahorros y los hay que han dejado en 'stand by' proyectos en los que ya estaban trabajando. Y es que la sensación en esta crisis sanitaria para los dueños de bares y restaurantes es algo extraña y la viven como un periodo de suspensión de actividad que no saben cómo retomarán.
Mientras los ingresos sean cero, intentan que los gastos sean mínimos. El alquiler, es otra historia
Lo que sí tienen claro y eso es lo que intentan, es que los gastos sean mínimos en este periodo de estado de alarma donde están obligados a estar con el cerrojo echado. Aparte de luz, agua, seguros y otros gastos similares, intentan no generar deudas. El pago a proveedores está paralizado y todos tienen en mente cómo afrontar el pago del alquiler que por ejemplo, en la zona de la Costilla, ronda tranquilamente los 1.000 euros mensuales. En este caso, algunos echan de menos que su casero se haya puesto en contacto simplemente por solidaridad ante esta situación tan complicada, otros han hablado ya con ellos y verán una forma de negociar quizás un pago del 50% para que las dos partes asuman las consecuencias de esta excepcionalidad y otros, están seguros que no habrá forma y tendrán que pagar el 100% de un alquiler pese a tener el bar cerrado y sin nada de ingresos quizás durante dos meses. Por eso, aprovechando sus declaraciones a este medio, los hay que se han atrevido a apelar al sentimiento de solidaridad y sentido común de los dueños de locales para que entre todos, se ayude a salir de la crisis creada en este sector.
En la mayoría de casos, los hosteleros roteños han intentado que sus trabajadores no queden desamparados, de ahí la opción del ERTE, aunque algunos han tenido que ir al paro y otros se plantean una situación difícil dado que una vez que termine el estado de alarma el empresario debe readmitir a todos los trabajadores que se incluyeron en el expediente de regulación temporal del empleo y quizás, es probable que no haya volumen de trabajo para tanto personal. Ese sí será un problema, mantener una plantilla que podría quedar sobredimensionada ante la nueva situación.
Rota Economica | Sábado, 28 de Marzo de 2020 a las 15:57:20 horas
En mi opinión la hostelería en Rota ha evolucionado de manera extraordinaria en los últimos años. Tanto en la calidad de su oferta, del servicio en general, decorado de los locales , etc...
La oferta hostelera en Rota es muy amplia y de calidad, con lo que el liderazgo esta muy repartido. Eso es bueno, pero por otra parte, en los meses de menos demanda, es difícil sostenerse.
Los roteños debemos ser conscientes de la necesidad de incrementar el consumo "local" de manera inmediata al levantamiento de las actuales restricciones.
Pero eso, por si solo no es suficiente . Los empresarios tambien deben deben reincorporar de manera inmediata a los empleados afectados por ERTE u otras modalidades de despido. No sólo por mantener su capacidad de consumo, sino también por el efecto confianza que generara, que también repercute en el consumo.
Lo contrario, generaría un efecto desconfianza, que llevaría incluso a los que mantienen sus puestos de trabajo e ingresos a restringir sus consumos, por la incertidumbre sobre su futuro cercano.
En el ámbito económico también se requiere de la aportación de todos para lograr el sustento general.
Mucho ánimo a todos los hoteleros y contad con nuestro consumo interno.
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