Desde luego, que durante bastante tiempo de la mañana de hoy martes haya llovido, ha ayudado a que el cumplimiento de la obligación de quedarse en casa se haya notado más que ayer, primer día laboral en el que hubo mayor movimiento de personas en la calle, pese a que la mayoría de ciudadanos está respondiendo.

Aunque muchos de los que salen de casa lo hacen por causas de fuerza mayor en su mayoría, -trabajo, ir a comprar a negocios de primera necesidad abiertos y sacar al perro-, otros aprovechan la circunstancia para tomar el aire y salir del domicilio unos minutos. Hoy, con la lluvia, esas ganas se han visto disipadas y en las calles a hora punta pocos caminaban o circulaban. Lo han notado también los comercios, especialmente aquellos que en estos días ven cómo muchos de sus estantes quedan vacíos ante la avalancha de clientes. Esta mañana, las compras han sido más sosegadas y aunque había lineales sin productos, no ha sido tanto como días atrás.

Lo que sí se ve por las calles es a un mayor número de personas con mascarilla y guantes y se nota en el ambiente las pocas ganas o la precaución a la hora de interactuar con un vecino. En los comercios las colas se hacen guardando distancia de seguridad y en el supermercado apenas se escucha hablar unos con otros.

De esta forma, Rota vive su cuarto día de confinamiento obligatorio desde que el viernes se decretara el estado de alarma por parte del Gobierno central ante la crisis del coronavirus y la necesidad de evitar posibles contagios.

Los roteños, en normas generales, siguen mostrando responsabilidad aunque a medida que pasen los días, la reclusión en los domicilios se hará menos llevadera por la acumulación de horas en espacios cerrados.  De todas formas, la obligación sigue siendo quedarse en casa.