Miguel Moyares pide en su exaltación respeto en la Madrugá, la "gran noche del año"
Incluye vídeo: Moyares interpreta "La saeta" de Joan Manuel Serrat
Miguel Moyares, como se le conoce en Rota a Miguel González Rizo, ofreció en la noche de este sábado una exaltación de la Madrugá roteña que arrancó el aplauso de una parroquia de Nuestra Señora de la O llena de público hasta la bandera. Y es que este insigne roteño, conocido por formar parte de uno de los grupos de sevillanas más relevantes a nivel nacional como Ecos del Rocío, levantó muchas expectativas y fueron muchos los cofrades y ciudadanos en general los que no quisieron perderse esta cita en la que la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura le encomendó que compartiera en esta Cuaresma, cómo eran y cómo son sus madrugás.
Sesenta años, decía el ilustre exaltador, llevaba esperando esta llamada de la hermandad nazarena para hablarle en público a Jesús Nazareno así que aunque pensó que 20 minutos estaría bien, con su espontaneidad habitual, ya advirtió que cuando quisieran lo bajaran del atril porque esta oportunidad tenía que aprovecharla al cien por cien. No se alargó demasiado, unos 40 minutos que a decir verdad, fueron livianos. Miguel sabe con su sencillez conectar con la gente y en la noche de la VII Exaltación de la Madrugá lo demostró.
Este roteño se sintió cómodo en su papel de exaltador. Habló de su Madrugá, como le pidió el hermano mayor de la hermandad, y lo hizo con mucho sentimiento, tono pausado y con mensajes directos incluidos. Miguel Moyares es hombre sencillo, de campo, cercano, de familia humilde que no tenía nada pero lo compartía todo, de madre y padre fieles al Señor de Rota y criado en un profundo amor y devoción al Nazareno.
En su exaltación reconoció que va entrando en una edad en la que le apetece decir lo que piensa, por eso, empezó con un sentimiento que le apena en el que "la Madrugá ya no es lo que era". En esa idea abundó varios minutos pidiendo respeto para la "gran noche del año". Las madrugás, decía, han cambiado mucho con respecto a las que él vivía de pequeño. "Ahora no hay respeto" y lamentó que algo se haya hecho mal en el camino para que haya gente que se atreva a ver a Jesús cargado con su cruz tomando una cerveza, un whisky o comiendo pipas tirado en la acera. Respeto y devoción, insistía, hay que tener ante el Señor de Rota y el que no la tenga o no quiera, algo que también es lícito, apuntaba, tiene esa noche muchas calles de la villa para hacer lo que quiera dejando tranquilos a los que viven la emoción de la madrugá del Viernes Santo con plenitud.
En su lamento por estar perdiéndose la esencia de lo que en sus años de niño y de mozo vivió, pidió a esa "divina juventud", que tiene que ser el relevo de los cofrades, que recupere el respeto a "la noche grande". "De 365 días que tiene el año, ¿no podemos respetar una sola noche a Jesús? ¿No hay esa noche otro sitio para la juerga?", se preguntaba subido en un atril desde el que habló con franqueza dirigiéndose a un público en el que estaban miembros de la Corporación municipal, autoridades civiles, hermanos mayores de distintas hermandades, feligreses y cofrades en general.
La exaltación de Miguel Moyares, con algún verso de por medio, fue muy llana en sus palabras y apuntó claro hacia los niños, esos a los que pidió enseñar a querer al Nazareno desde pequeños porque con la edad no podrán pasar sin verlo. De esas primeras vivencias, decía, se ve luego a los niños jugar con las mayas, a ser capataces, músicos y costaleros; una estampa que supo recrear bien Mónica Ordóñez con su prodigiosa voz cantando.
Pero si hay una debilidad para este exaltador, aparte de los niños, son las mujeres, a ellas también dedicó una parte de su exaltación como cuidadoras, madres sufridoras y cofrades como lo era la Amargura a la que de esta forma, le dio su espacio. No olvidó tampoco los andares de Jesús Nazareno, ese vaivén a paso marinero "que me tiene loco" y que recordó que se quedó como característica del caminar del Señor de Rota gracias a esos marineros que cuando Jesús llegaba al muelle al amanecer en la Madrugá, lo cargaban con paso cansado, reventados de trabajar en la mar, dejando el estilo sevillano de la cuadrilla anterior para adoptar para siempre el estilo que marcaron aquellos hombres de la mar.
En la última parte de su intervención, que llevaba apuntada en uns folios que prefirió leer para que nada se le olvidara, tuvo un recuerdo especial para José "El Chato", ese roteño que durante 50 años fue capataz de Jesús Nazareno y que dio el testigo a su hijo que lleva 25 años ejerciendo el mismo papel desde que "El Chato" vive en la eternidad con el Señor de Rota.
Miguel Moyares tuvo palabras muy especiales para ese hombre que imaginó como un elegido de Dios cuando mandó a Jesús a Rota para que lo acompañara. Recordó una vivencia de hace años que nunca olvidará cuando José "El Chato" ya no pudo seguir de capataz por enfermedad y edad, y Jesús en aquella Madrugá fue hasta la barriada San Antonio a verlo. "Nunca olvidaré la mano del Chato por la ventana" y justo al día siguiente, con Jesús recogido, "El Chato" irse para siempre. Sriva de ejemplo de lo que el mundo quiere romper, decía. Y en ese recuerdo para alguien tan especial en la hermandad, Moyares lo completó citando a aquellos costaleros antiguos que eran chavales cuando él era un niño y hoy son viejos costaleros. Bartolo, Salita, Barrigola, Pate, Cristóbal y otros tantos a los que con amor dedicó sus últimas palabras antes de concluir que así, con mucho sentimiento de respeto y devoción, son sus madrugás.
Pero como a Miguel Moyares le va el cante, no tuvo mejor forma de acabar su exaltación que entonando, acompañado por la banda de música de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, "La Saeta" de Joan Manuel Serrat que bordó con unos versos finales dedicados a Rota, a su Nazareno y a la Amargura.
Una VII Exaltación de la Madrugá aplaudida que terminó con alguna anécdota espontánea y con un exaltador agradecido por la oportunidad de haber compartido con el público cofrade sus sentimientos más profundos.
Vídeo del final de la VII Exaltación de la Madrugá
Presentado el cartel de la Madrugá
Pero antes de Miguel Moyares, la hermandad nazarena presentó el cartel anunciador de la Madrugá 2020 que descubrió el alcalde de Rota, Javier Ruiz, y el hermano mayor del Nazareno, Manuel Jesús Puyana. Una fotografía de Juan Santos Pacheco, ganadora del XXV Concurso de Fotografías que convoca esta cofradía, con el título "La reina de las mañanas", donde aparece María Santísima de la Amargura a su paso por el colegio Salesianos.
Al autor, que recogió su premio, el cartel enmarcado y 100 euros más diploma, le siguieron los ganadores de los accésits que el jurado concedió en esta edición y que fueron accésit especial para "Luz y guía" de José Ignacio Ruiz-Herrera, y accésits para "Tradición nazarena", de Enrique Gómez Merino, para la obra "Los que te siguen hasta la recogida", de Enrique Gómez Merino, para la imagen "A tus puertas" de José Ignacio Ruiz-Herrera, y "Al alba" de Juan Santos Pacheco. Se entregó igualmente un cartel enmarcado al patrocinador del mismo.
Este año, cuatro autores presentaron un total de 44 fotografías, como leyó el secretario de la hermandad, Samuel Rodríguez, y a los que el hermano mayor de la hermandad, Manuel Jesús Puyana, agradeció su participación por ayudar a seguir inmortalizando momentos únicos de las estaciones de penitencia. También felicitó a la banda de la hermandad por su trayectoria y alto nivel interpretativo, y tuvo palabras de cariño para el exaltador al que definió como persona humilde y sencilla que con disposición y mucha ilusión aceptó el cargo de exaltar la Madrugá nazarena roteña. Por último, quiso lanzar un mensaje a los cofrades a los que pidió que la Semana Santa se viva como la demostración de fe que es y que los hermanos vistan la túnica morada la próxima Semana Santa.
Con este acto, la Hermandad del Nazareno empieza la cuenta atrás para ver a sus titulares en la calle, aunque antes tiene por delante algunos cultos que celebrar.
Pepe | Lunes, 09 de Marzo de 2020 a las 16:44:50 horas
Tiene razón con su comentario el "antifaz rojo", quizás se haya excedido cuando dice: "vaya con los cristianos", ahí se equivoca, éstos que escriben todas estas mamarrachadas ni son cristianos ni por supuesto tienen ningún apego por el Nazareno de Rota, si lo tuvieran sabrían que éste NO es el medio por el que deben dar sus opiniones, para esos menesteres están los Cabildos, ahí si se pueden hablar y discutir todos estos temas pero SIEMPRE hay que "lavar los trapos sucios en casa".
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