Pues no, al gobierno de la Junta de Andalucía, a ese equipo de gente de derechas no le podía gustar reconocer el inmenso mérito que acumuló la Marcha de los Pensionistas de Rota a Madrid. ¡Cómo fuimos tan ilusos de creer que gente como la que nos congeló las pensiones, que después se quiso reír de nosotros subiéndonos un 0,25%, y digo se quiso reír porque con sus provocaciones provocaron este valiente movimiento que los tiene “acojonaos”, podría valorar la gesta de nuestros compañeros y de nuestras compañeras! Estaba cantado y no nos dimos cuenta, todavía teníamos ilusiones de que el gobierno de nuestra tierra mostrase suficiente sensibilidad, que olvidara su sectarismo, pero eso es como pedir peras al olmo.

Duele este olvido, esta indiferencia, por la gente pensionista que lunes tras lunes mantiene una lucha difícil, continua, agotadora; duele por los compañeros de la Marcha, que bien se la ganaron durante tantos días y tantos kilómetros de sacrificio por una causa tan justa, y, que quede muy “clarito”, que nunca pidieron la Medalla, ni marcharon por ningún premio; y duele por el Movimiento Andaluz en Defensa de las Pensiones Públicas, que luchó lo indecible para que la concedieran. Por todos ellos duele.

El movimiento de los pensionistas tiene las mira muy altas y su capacidad de resistencia es enorme, así que, de esto, sacaremos en conclusión que la lucha sigue, con las mismas ganas y con las mismas fuerzas. Y la medalla que se la queden ellos.

Visto desde otro punto, que este gobierno se dedique a premiar entre otros, a toreros y caballistas, nos parece bien que tengan sus inclinaciones, y sin dudar que haya otros reconocimientos muy merecidos. En cambio otros traducen el sentir de quienes, directa o indirectamente, deciden en Andalucía: La Legión Española, ¡No podrían haber sido otros, la UME, por ejemplo, que esa unidad sí que hace una buena labor por la gente! En tanto que estos bastante tienen con el sexismo de sus cantos, dando más valor a una cabra que a una mujer, sin ir más lejos. O al intolerante, machista, reaccionario, ultramontano, entre otros muchos más atributos, negativos todos ellos, Antonio Burgos, enemigo acérrimo de cualquiera que no se pliegue a la ideología oficial en Andalucía, de triste recuerdo. Un ejemplo de concordia, ¡Vamos!

Pues eso, que caballistas, toreros, legionarios y el impresentable de Antonio Burgos, disfruten del pago de sus servicios, ya que su inestimable colaboración ha sido imprescindible para que sus correligionarios estén donde están. ¡Ah, que no se olviden el año próximo otro premio, medalla o nombramiento de hijo predilecto, para Carlos Herrera, que todavía no habrá cumplido su promesa de exiliarse en Somalia y también se lo ha ganado!

Ya sabemos el interés que muestran por los problemas de la gente, que se guarden la medalla, pero que dejen de sangrar a la sanidad pública andaluza, que hasta su llegada, a pesar de sus problemas, era modelo de servicio a la gente; que dejen de precarizar la educación pública en favor de engordar la escuela privada; que protejan la dependencia, reconociendo sus derechos y dotando de medios para su atención; que dejen de discriminar a las asociaciones que no están en su cuerda (Todas son andaluzas y tienen el mismo derecho).

Andalucía sufría la losa de cuarenta años del socialismo rosa, empapado de corrupción y amiguismo, pues viendo lo que hay ahora, tampoco es que hayamos ganado en nada.

Manuel García Mata