Pocas veces se repite tema, hoy va a ser el día.

Sería conveniente recordar cómo los países ricos se deshacen de sus desechos en países pobres, que se tragan toda la basura y todos los residuos tóxicos que genera el primer mundo y quieren quitarse de encima porque les molesta.

En las últimas semanas, este era el tema del artículo anterior, un vertedero, el de Zaldibar, en Vizcaya (la semana pasada lo localicé en Guipúzcoa, pido disculpas por el error), está ocupando la actualidad, aunque en segundo plano por los efectos del COVID-19, el famoso Corona Virus, que cada vez nos preocupa más a todos y con razón.

No desviaré el tema y retomaré Zaldibar. El incendio parece que remitió definitivamente, los cuerpos de los operarios sepultados siguen sin aparecer, sin duda lo peor de todo, el aire empieza a mejorar en salubridad y para que la población afectada olvide más deprisa la incompetencia del gobierno vasco y las delictivas irregularidades cometidas por la empresa, de lo que también tienen responsabilidad las autoridades, han lanzado el globo sonda de que van a trasladar gran parte de los residuos del vertedero de Zaldibar al de Nerva en Huelva, tema denunciado por Ecologistas en Acción. Para ello, veintitrés mil viajes de camiones, cargados de residuos tóxicos, recorrerán los aproximadamente mil kilómetros que separan ambos vertederos. Ellos suavizan el problema y nos lo traspasan a Andalucía, igual que los países ricos con los países pobres, dentro del mismo país. Ya veremos si es suficiente motivo para que esta tierra se escandalice y se eche a la calle para impedirlo. Desgraciadamente soy pesimista al respecto.

Pero como aquí no hay nadie que le duela Andalucía, hay motivo para esperar lo peor. Mucho se critica a los nacionalismos, no voy a sacar a relucir políticas identitarias ni nada que se le parezca, pero donde hay partidos que defienden su tierra, el resto de los políticos, partidos e instituciones, tienen mucho más cuidado a la hora de tomar decisiones parecidas. En cambio, en los sitios donde somos “tan españoles”, nos tragamos lo que no quieren otros. No solo hablo de nacionalistas, pues aquí la gallina de los huevos de oro la tiene Madrid, que se lleva casi todo, que en el fondo es el centro del nacionalismo español. Lo pongamos como lo pongamos, lo bueno para unos y lo peor para otros, Andalucía como el mayor ejemplo, sin defensa en las instituciones nacionales, pierde sus recursos y se queda con las miserias de los demás. Así nos va. Solo cuando Andalucía tenga voz propia las cosas podrán cambiar; entre tanto, a comernos los residuos de donde sobran.

Ahora, según informaciones contrastadas, todo aparece como si fuera un bulo sin fundamento, pero queda claro que, incluso en estos casos, las “fake news” solo resultan creíbles cuando son posibles. ¿Es que alguien se hubiera preocupado si se hubiese anunciado lo contrario?

Para acabar, solo por si acaso, queda recomendar el inicio del himno “Andaluces Levantaos".

Manuel García Mata