El jueves, 6 de febrero, un desplazamiento del terreno en un vertedero sepulta a dos operarios en Zaldibar (Gipuzkoa). Los posteriores e inmediatos trabajos con el objetivo de salvar a los trabajadores, o al menos rescatar sus cadáveres, se suspenden el viernes 7. Los equipos de rescate se ven sorprendidos por la aparición de amianto, material gravemente peligroso, en especial, si se fractura, ya que las partículas que desprende son altamente cancerígenas, lo que obliga a suspender la búsqueda. Si algunas esperanzas les quedaban a las familias de recuperar con vida a los obreros enterrados prácticamente se desvanecen.

La misma noche del viernes se declara un incendio en el vertedero y los bomberos no pueden apagarlo. El viento arrastra el humo, con fuerte olor a plástico. Se conoce entonces que el vertedero ha recibido materiales peligrosos sin contar con la correspondiente autorización. El aire de la zona queda contaminado por sustancias producidas por la combustión de los materiales acumulados, se emiten recomendaciones al vecindario de los pueblos próximos (Zaldibar, Ermua, Eibar y Elgeta) de mantener cerradas las ventanas, no ventilar las casas y evitar hacer ejercicio en el exterior, pues lo que se respira es aire tóxico, si bien desde las autoridades sanitarias del gobierno vasco se trata de minimizar el riesgo.

Entre tanto, el incendio continúa, según técnicos es muy difícil de apagar por las substancias en cuestión, los cuerpos siguen sepultados, con el enorme sufrimiento de sus familiares, la gente de la zona vive angustiada, la administración actúa tarde y mal, y se dan a conocer múltiples irregularidades en el control de los vertidos por parte de la empresa.

El primer obstáculo, el que obliga a suspender la recuperación de las víctimas, lo provoca el amianto aquí vertido. Este material, amianto o asbesto, utilizado años atrás para la construcción, está prohibido desde 2005, pero el problema consiste en que no ha sido completamente retirado y, cuando se hizo, en muchos casos, se hizo sin guardar las normas de seguridad que se exigen. Tras las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea puso como fecha límite 2028 para la desaparición de este material de nuestras vidas. Mientras, convivimos con el amianto instalado e, incluso más grave aún, los restos de este material, que merece la pena repetir “ES ALTAMENTE CANCERÍGENO”, se han tirado como escombros en montones de vertidos ilegales que después se tapan para evitar que se sepa tan peligrosa irregularidad.

Cabe señalar que en Rota mantiene aún amianto en alguna de sus instalaciones, que sumado a los vertidos ilegales, que están sin descubrir, y las placas de tejados que por fin se eliminaron en los colegios en la legislatura anterior, dieron origen a una moción, presentada en el Pleno Municipal, elaborada por todos los grupos políticos, con representación municipal y sin ella, en colaboración con el Bloque Ciudadano de Rota, excepción hecha del PSOE, a quien se invitó, pero no acudió a ninguna de las sesiones de trabajo. En el pleno del 20 de octubre de 2016, la moción se vio modificada y aprobada solo con los votos del PSOE y alguna abstención inesperada.

A pesar de que la enmienda dejase muy desvirtuada la moción, bueno será saber qué se ha hecho, pues de las medidas acordadas en ella, solo nos consta la retirada de las cubiertas de los colegios de la avenida de San Fernando.

Hora es de que haya transparencia en este tema, que ya hemos visto su peligrosidad.

Manuel García Mata