LAS MÁSCARAS DEL FASCISMO



 
 
"A veces encontramos nuestro destino en el camino que tomamos para evitarlo", decía Oggway, la anciana y sabia tortuga de la película Kung Fu Panda.

El motivo de que esta frase encabece el artículo de esta semana, es que tengo la impresión que en ocasiones las personas que defienden la igualdad a toda costa, pasan por alto el derecho a ser diferente.
No me malinterpreten, Xenofilia es mi palabra preferida y es precisamente por eso, por lo que advierto que debemos cuidarnos de no llegar al fascismo por ese precioso camino llamado igualdad.

Resulta que una vez quedé en un local de ensayo con un amigo para improvisar un poco con nuestros instrumentos musicales. Además de esta persona, se encontraba allí un integrante de un grupo de Rock. Este último, es de esas personas que la mayoría del tiempo visten con ropa negra. Al verme aparecer por la puerta y tras una breve conversación, me dijo “¿Tú eres de derechas?”. Le pregunté que por qué decía eso, a lo que me respondió “Como veo que llevas un polo rosa”. No me molestó demasiado, pero recuerdo que me pareció curioso, ya que éste es el perfil de personas que luego se sienten discriminados y se quejan de que la sociedad lo juzga por su forma de vestir, de llevar el pelo largo, barba de cuatro semanas, etc. Y es que hay mucho intolerante vestido de hippie cuyos pensamientos se asemejan al típico facha de bigote corto pero camuflado detrás de una melena.


                                               
Otro caso de falso liberalismo es la procesión de los ateos que tanto ha dado que hablar estos días. Qué ganas de meter el dedo en la llaga y qué forma de ser intolerante en nombre del laicismo y la libertad. ¿Quiénes somos los ateos y los agnósticos para parodiar las costumbres religiosas de otras personas? ¿Acaso negar rotundamente la existencia de Dios no es una postura tan extremista como afirmarla sin dejar lugar a dudas? Andemos con cuidado que la sombra del fascismo es muy larga y puede adoptar muchas formas y dejemos a los católicos procesionar en paz, que bastante tienen ya con una iglesia que les condena si usan condón en pleno año 2011.  

Supongo que es fácil caer en estos extremismos y yo mismo en ocasiones sucumbo a esta doble moral. Creo que uno de los retos mas difíciles que nos plantea la vida es mantener nuestra inocencia a medida que envejecemos. Estoy seguro que al igual que yo, muchos de los lectores se han sentido desengañados a causa de su buena voluntad en alguna ocasión y pueden que en ese momento hayan pensado “Debería ser mas malo”. Cuando esto me ocurre, recuerdo un dicho oriental que me ayuda mucho y que quiero compartir con vosotros.

“Si piensas que todo el mundo es malo hasta que se demuestre lo contrario, descubrirás que hay gente que merece la pena, pero tu estarás siendo indigno de confianza. Si por el contrario piensas que todo el mundo es bueno, descubrirás que hay gente mala, sin embargo, tu estarás siendo de corazón puro”.