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Redacción
Sábado, 16 de Noviembre de 2019

"Muro de Berlín y Groucho Marx" (y 2)

por Carlos Roque Sánchez

[Img #124995](Continuación) Sin el falso bigotudo más famoso del mundo. No sé si saben que admitió haber copiado de otro comediante el hecho de llevar un puro como apoyo de sus escenas, y que fue por mera casualidad, como había pergeñado su hilarante caminar. “Durante una representación, sentí ganas de divertirme y empecé a andar de una manera rara. La conservé porque al público le gustó”. Luego vinieron la levita, el enorme bigote pintado, las gafas y su nombre de guerra, ‘Groucho’. Un apodo puesto supuestamente por un suspecto monologuista, un tal Art Fisher, quien decía que más que hablar emitía gruñidos. En fin, todo eso era el personaje. Pero lo cierto es que sin bigote, levita, gafas y, por supuesto, los andares, Groucho no era reconocido por la gente en la calle. Entonces sólo era una persona más, Julius Henry Marx, un ciudadano muy parecido a los demás.

 

Otros ‘sin algo más’. Sin el runrún incansable del charlatán más verborréico y sus perlas dialécticas de las que les traigo una terna: Una. “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte...”. Dos. “Bueno, el arte es el arte, ¿no es así? También por otra parte, el agua es el agua, y el Este es el Este y el Oeste el Oeste, y si tomas arándanos y los conviertes en compota como la de manzanas, saben más parecido a las ciruelas que al ruibarbo. Ahora, uh... Ahora dime lo que sabes”. Tres. “No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo”. Y por supuesto sin toda una estrella del teatro, aunque llegara a decir: “No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico, de hecho, tal vez no lo sea. En cualquier caso, me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos”. “He disfrutado mucho con esta obra de teatro... especialmente en el descanso”.

 

También sin un ocurrente actor de radio y televisión. “Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro”. Y toda una leyenda del cine. “En esta industria, todos sabemos que detrás de un buen guionista hay siempre una gran mujer, y que detrás de ésta está su esposa”. “Nunca voy a ver películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína”. Sin olvidar su faceta como escritor, de su ostrario particular, otra terna: “Desde el momento en que cogí su libro, hasta que lo solté, no pude dejar de reír. Algún día pienso leerlo”. “Leer mi biografía es tan estúpido como escribirla”. “Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre. Y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer”.

 

Todo esto fue Groucho Marx, un genial cómico judío de principios del siglo pasado, del que cuentan que al decirle en una piscina que no admitían judíos comentó: “Mi hijo es medio judío, ¿puede meterse hasta las rodillas?”. Y no sigo, que entre su humor y nosotros es mucho lo sucedido, como para que su fina e hiriente ironía fuera aceptada y tolerada hoy día. No, tal como está el patio de lo políticamente correcto, seguro que no. Sí, ‘soy marxista, tendencia Groucho’.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

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