"En contra, absolutamente"
por Balsa Cirrito
Sé que a menudo me pongo muy pesado hablando de que estamos en una época donde todo se critica y donde nadie traga con nada, pero hoy no puedo resistirme y debo sumarme al grupo de ciudadanos cabreados (no sé porque digo grupo, porque son todos) (de hecho, ciudadano y cabreado son términos sinónimos) (al menos, en España) en mi caso, por un asunto que me parece trascendental.
Por supuesto, hablo del chandalismo. Y de su hijo bastardo, el tenisismo (o sea, acudir a todas partes con unos tenis).
Realmente la invasión del chándal y del tenisismo está llegando a límites absolutamente intolerables. La semana pasada, sin ir más lejos, me encontraba en un Corte Inglés (verdad que se trataba de un outlet del Corte Inglés, pero el hecho sigue siendo el mismo), insisto, en un Corte Inglés, no en un Primark ni en un Springfield, y empecé a fijarme en los zapatos de los clientes. Eran sobre las cuatro de la tarde y no había mucha gente. Mi espanto fue que absolutamente todos los presentes (menos yo, por supuesto), usaban calzado deportivo. ¡Qué triste, Dios mío, qué triste! ¡Y en un Corte Inglés, que da más pena todavía!
Tomemos el asunto de frente. ¿Por qué usa tanta gente el horrible calzado deportivo? La respuesta más frecuente es que por comodidad, a lo cual suelo responder con mucha elegancia y delicadeza que un mojón pa ti. ¿Cómodo? ¡Venga ya! Supongo que depende con lo que se compare. Si hablamos de unos zapatos de 20 euros, imitación piel, fabricación Taiwán, cabe la posibilidad de que lleven razón; pero si comparamos unas deportivas de 120 euros con un calzado de piel español o italiano del mismo precio, no hay color. Personalmente, siempre tengo la sensación de que el calzado deportivo abrasa los pies.
Pero hay algo más, absolutamente lógico. El otro día leí que Cristiano Ronaldo cobraba 150 millones de euros en cinco años por anunciar una conocidísima marca de zapatillas. Si tenemos en cuenta que esa marca patrocina a un montón de deportistas que cobran también la leche de pasta, es normal que nos preguntemos de dónde sale el dinero. Lo hacemos: ¿de dónde sale el dinero? Pues de cada vez que compramos unas zapatillas deportivas. De resultas, de los 120 euros del precio, ¿cuánto es realmente del producto? ¿20? ¿25 euros? Pues, vaya, compramos 20 y pagamos 120. Muy inteligente no parece.
La excusa de la comodidad también se suele aplicar a los chándales. Pero, ¿cómodo un chándal? ¿Es una coña? Cómodo es un pijama, y nadie sale en pijama a la calle. Y, el chándal, además, no creo que sea más confortable que ninguna otra prenda, exceptuando las camisas de fuerza y las armaduras, que de todos modos últimamente no lleva mucha gente. El chándal, digámoslo de una vez por todas, no le queda bien a nadie. No conozco a persona alguna que no pueda mejorar su aspecto quitándose un chándal y poniéndose cualquier prenda de Adolfo Domínguez (o, incluso, Roberto Verino). Pero sospecho que muchos andan engañados, creyendo que el chándal les otorga cierto aspecto deportivo. Esto es especialmente grave entre el sector de la población que ha cumplido los 45. Desengañaos, cuarentones y cincuentones, con un chándal parecéis un fardo mal embalado y, lo que es peor, vuestro sex appeal, ya castigado, desaparece casi por completo. De hecho, no me creo que en el sueño erótico de nadie el objeto del deseo aparezca vestido con chándal.
Esto del chándal y las zapatillas, que parece una tontería, es más importante de lo que creen. Es la decadencia. Los europeos dominaron el mundo porque vestían mejor que los pueblos que descubrían. Los árabes, fíjense, han llevado siempre un extravagante mantel sobre la cabeza. Buena parte de los orientales llevan el mantel por la cintura. Los americanos nativos, sobre los hombros, meten la cabeza en él y lo llaman poncho. Los europeos siempre hemos puesto el mantel sobre la mesa, que es donde debe estar.
Europa, Occidente, se va al garete. Y la culpa es de los raperos con su ropa semehacaídolapinturaencima, de Jennifer López que en las fotos casi siempre está saliendo del gimnasio, de Rajoy cuando hacía senderismo con su vestimenta de Adidas y de Luis Aragonés que daba las ruedas de prensa con un chándal puesto. A Luis Aragonés casi lo perdono porque ganó una Eurocopa, al resto no.





































BalCir | Lunes, 11 de Noviembre de 2019 a las 19:53:41 horas
Llevas razón, José Manuel Marcos, no debía haber dicho lo del mantel de los árabes en la cabeza, que suena muy irrespetuoso. A lo que yo quería referirme no era a un mantel, sino a un paño de cocina, que, estaremos de acuerdo, es lo que llevan en la cabeza. A cada cual lo suyo.
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