A pesar de la incertidumbre que durante todo el día de ayer vivieron los hermanos de la Veracruz que temían tener que quedarse en capilla a causa de la lluvia, finalmente el tiempo aguantó y Nuestro Padre Jesús Cautivo pudo realizar su estación de penitencia con total normalidad hasta el final. Y es que tras el cambio de decisión de la junta de gobierno de la hermandad de retrasar una hora la salida por previsión de lluvia, finalmente el último parte meteorológico mejoró y no hizo falta ningñun cambio, Las puertas de la parroquia de Nuestra Señora de la O se abrieron para dejar pasar a Jesús  coronado de espinas y maniatado. Eran las diez y media de la noche y los roteños y turistas esperaban en una plaza de Bartolomé Pérez y alrededores muy concurridos.

La jornada del Martes Santo volvió a sembrar el silencio en las calles de la localidad volviendo a demostrar un año más que este titular de la Hermandad de la Veracruz, sigue siendo una de las más respetadas a su paso. Con el solo tintineo de las cadenas que algunos hermanos llevaban atadas a sus pies y el sonido de las saetas que le dedicaron a la imagen durante su itinerario, El Cautivo procesionó en absoluto silencio acompañado por unos 150 hermanos portando pesadas cruces y unas 180 hermanas de vela. A pesar de lo desapacible de la noche, esta imagen de Jesús no estuvo sola en ningún momento del recorrido que logró concluir sin percances a pesar de los temores de la lluvia que hubieran estropeado una efemérides muy importante para la hermandad. Y es que ayer, Martes Santo, se cumplía el 50 aniversario de la primera salida procesional de El Cautivo en Rota. Por ello, y aunque no llevaba ningún estreno para la ocasión, la Veracruz decidió que el titular procesionara con la primera túnica con la que hizo aquella primera estación de penitencia. Aunque como comentó el hermano mayor de la hermandad, Juan García Gasca, estaba algo deteriorada por el paso del tiempo, la junta de gobierno creyó conveniente volver a sacarla a la calle para que los roteños la recordarán y rendir así homenaje a los 50 años de presencia por las calles de Rota durante la Semana Santa. También lució la corona de espinas que llevó sobre su cabeza en 1961; una corona de metal dorado muy diferente a la de madera con la que normalmente procesiona que realizó el imaginero roteño Miguel Ángel Caballero en 2008. Entre las novedades enfocadas a rememorar las bodas de oro, Nuestro Padre Jesús Cautivo pisaba un monte de lirios morados, tal y como se adornó el paso en aquel año, ya que tradicionalmente lo hace pisando un manto de claveles color sangre.

A la voz del capataz José Joaquín Arévalo Alonso, auxiliado por Germán Patino, los 24 costaleros pertenecientes a la Hermandad de la Veracruz llevaron a El Cautivo con paso firme y solemne hasta su capilla, la de San Roque, tras un Martes Santo en el que la noche se hizo silencio y el murmullo se volvió respeto para rendir culto a este Cristo maniatado.