En poco menos de dos semanas, los roteños estarán celebrando las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora del Rosario. Una cita en el calendario que ayer puso su marcador a cero para la cuenta atrás que se inició con el traslado de paso de la virgen al altar mayor de la parroquia de Nuestra Señora de la O y el Pregón del Rosario que este año corrió a cargo del cofrade Miguel Rodríguez.

Tras la misa de las doce del mediodía, la iglesia mayor se quedó llena para disfrutar de un emotivo momento en el que la cuadrilla de costaleros de la patrona de Rota, guiada por el joven Pablo Barba, iniciaba su traslado en el paso para presidir los próximos días el altar de la O. Minutos de recogimiento donde solo se oían los acordes de la banda municipal de música "Maestro Enrique Galán" y las órdenes del capataz.

Delante del paso, el cura párroco de la O, José Arjona Gil, el hermano mayor de la Hermandad del Rosario, Juan Antonio Díaz Romero, y el alcalde de Rota, Javier Ruiz. Ellos abrían camino hacia un altar que esperaba despejado para acoger a la patrona ante la mirada de muchos fieles, entre los que estaban las 29 damas del Rosario de este año.

Unos 30 minutos duró este momento que dio paso, posteriormente, a una cita importante en el calendario previo a las fiestas patronales. El pregón, con el que arrancan los actos del Rosario fue el momento culmen de una mañana de domingo algo fresca por el viento de poniente.

Miguel Rodríguez, presentado por el secretario de la Hermandad del Rosario, Luis Miguel Quintana, subía al atril empeñado en abrir su corazón a la virgen. La patrona, a la que siempre se ha sentido unido, comparte espacio en su interior con Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, y así lo dejó ver ayer en un pregón que no se alargó demasiado, algo más de media hora, y que en tono poético, fue desgranando sentimientos y pasiones rosarianas.

Este cofrade roteño, conocido en la localidad por su vinculación a las hermandades y al mundo cofradiero en general, no quiso desaprovechar la oportunidad que se le daba de gritar a los cuatro vientos su amor por el Rosario. No era su primera experiencia en estas lides, de hecho, ya fue pregonero de las Glorias de María en 2006, de la Semana Santa de Rota en 2010,  exaltador de la Navidad en 2011 y exaltador de las fiestas patronales en 2016. Ahora, le tocaba pregonar a la patrona y alcaldesa honoraria de una villa que en octubre recibe una luz especial, decía en su pregón, que sirvió al pregonero para destacar el jolgorio que se vive en torno a las fiestas que pronto se celebrarán, pero poniendo especial énfasis en la figura de la virgen que le da sentido.

Para Miguel Rodríguez, este pregón fue un ejercicio de mirada a su interior donde buscó respuestas a preguntas que solo la virgen ha podido darle. La necesidad de mantener la fe y transmitirla a los más jóvenes fue parte de una alocución en la que se miró con ojos de niño.  El pregonero utilizó un tono sosegado y firme y a lo largo de su intervención, apretó con fuerza un rosario que llevaba en la mano al que también quiso dar protagonismo en algunas partes de su pregón.

Fue casi al final cuando abrió el capítulo de agradecimientos por esta oportunidad de ser LXVI Pregonero del Rosario, a su familia, a su presentador y a la hermandad. Para él, la virgen del Rosario no solo es la patrona de Rota, es más que un sentimiento, "lo es todo", decía entregado animando a los roteños a disfrutar de las fiestas que están por venir que si bien tienen una parte lúdica importante, no hay que olvidar la religiosa que gira en torno a Ella.