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Redacción 2
Sábado, 03 de Agosto de 2019

"Luna y música clásica (2)"

por Carlos Roque Sánchez

[Img #119453](Continuación) Les escribía la semana pasada que ‘Claro de Luna’ es una de las más famosas composiciones de Beethoven. Una de las más porque, y disculpen mi osadía personal basada sólo en mi ignorancia musical, tienen su misma excelencia tanto el primer movimiento de la ‘Quinta Sinfonía’, como la bagatela para piano ‘Para Elisa’ o la ‘Novena Sinfonía’, por citar algunas. Ya de la que va y a propósito de ‘claro de luna’, sea la expresión gramatical, la sonata de marra o la comparativa del lago, permítanme un apunte más. De la primera les adelantaré que su origen es de naturaleza astronómica, ya se la habrá imaginado; de la segunda, que no es esta sonata la única obra musical con ese título, algo que sin duda sabía y, de ambas, que se las desarrollo en esta entrega. 


De la tercera, del suizo lago de Lucerna, y ya que vamos de leyendas, les diré que se le conoce también por el de los ‘Cuatro Cantones’ y es en él donde sucede parte de la leyenda sobre Guillermo Tell, sí, el legendario personaje de la independencia suiza (siglo XIV), que desencadena la rebelión de los cantones suizos contra el Sacro Imperio Romano Germánico. Un mito en el que, siglos después, se basó el dramaturgo alemán Friedrich Schiller (1759-1805) para escribir su drama ‘Guillermo Tell’ (1804), que a su vez fue utilizado por el músico italiano Gioachino Rossini (1792-1868) para su ópera homónima, estrenada en parís en 1829. Sí, es la de la conocida y popular obertura. Lo dejo aquí, pero, como pueden ver es un magnífico y prometedor nexo -recuerden la escena de la leyenda del ballestero, su famosa puntería y, a 100 pasos de distancia, su hijo con la manzana en la cabeza. Con él cierro, y en clave musical, el círculo alrededor del ‘Claro de Luna’ beethoviense, pasando al segundo referente de la terna decimonónica.


‘Los nocturnos’, de Chopin. Entendido como una pieza de música vocal o instrumental, de melodía dulce y estructura libre, el nocturno, durante el siglo XVIII estuvo muy de moda y era tocado en momentos puntuales de, por lo general, ciertas fiestas de noche. Pero, como suele suceder con casi todo lo humano, pasado un tiempo, fue dejada de lado hasta que, en la primera mitad del siglo XIX, el músico polaco Frédéric Chopin (1810-1849) y a pesar de su corta vida existencial, le dedicara buena parte de su vida artística. De estas piezas, que rinden tributo al corazón humano bajo el influjo de la Luna, el compositor compuso para piano hasta veintiuna (21), y lo hizo a lo largo de unos quince años, datando la primera en los alrededores de 1830. Dejo aquí esta segunda referencia clásica entre el músico polaco y el, nocturno y evocador, satélite, para abordar el doble compromiso de más arriba: el origen de la naturaleza astronómica de la expresión ‘claro de luna’ y el hecho de que, la de Beethoven, no sea la única obra musical con ese título. Que claro que no lo es, también está la del francés.


‘Claro de Luna’, de Debussy. Pieza para piano escrita en 1890 por el músico francés Claude Debussy (1862-1918), y una de las cuatro que conforman en varios movimientos la ‘Suite Bergamasque’, que no fue publicada hasta 1905 si bien el proyecto inicial no la contemplaba. La suite toma su nombre de las máscaras de la ‘Commedia dell'Arte de Bérgamo’ (Comedia del arte de Bérgamo) y está inspirada en el poema ‘Fêtes galantes’ (Fiestas galantes), escrito en 1869 por el poeta francés Paul Verlaine (1844-1896). Es aquel que dice: «Siempre cantando en el tono menor, / el amor triunfal y la vida oportuna / parecen no creer en su felicidad / y sus canciones se unen al claro de la luna». O sea que Luna, música y letra. 


Y de las artes, música y poesía, pasemos a la ciencia de la astronomía. ‘Claro de luna’ es una expresión con la que se conoce un fenómeno cósmico que les describo a continuación sólo a modo de prontuario, no teman. En general, en este campo científico, ‘claro’ es la luz solar que un objeto celeste, entidad espacial física y significativa, refleja sobre otro. De modo que ‘claro de luna’ es la iluminación nocturna que experimenta la Tierra por la luz del Sol reflejada en el satélite de la que, como bien saben, su intensidad depende de la fase del ciclo lunar en el que se encuentre. Lo que quizás no sepan tan bien es: uno, que aun en pleninulio, luna llena, la iluminación que proporciona es bastante débil, de apenas unos 0,1 lux, y es que la superficie lunar absorbe el 93% de la luz que recibe del Sol; y dos, el fenómeno del ‘claro lunar’ no es exclusivo de nuestro satélite ya que también se produce en otros cuerpos celestes. (Continuará)


Para contacto personal: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia

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  • Carlos Roque Sánchez

    Carlos Roque Sánchez | Jueves, 08 de Agosto de 2019 a las 10:34:30 horas

    Gracias por tus amables palabras José María. No tengo tu correo. Saludos

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  • José María Pérez

    José María Pérez | Miércoles, 07 de Agosto de 2019 a las 15:23:16 horas

    Grande Carlos Roque; lo tuve de profesor de física.

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