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Redacción
Sábado, 27 de Julio de 2019

"Calle Bachiller y el Pozo de la Villa"

"Historias populares de la villa de Rota", por Prudente Arjona

[Img #119136]En esta sección se ofrecerán fragmentos del libro escrito por el roteño Prudente Arjona, titulado "Historias populares de la villa de Rota", que como su propio nombre indica, refleja buena parte de la historia local.  Aunque el libro está a la venta en papelerías del municipio, el afán del autor nunca fue lucrarse con ello, por eso, permite a Rotaaldia.com compartir algunos de sus capítulos para que el gran público tenga conocimientos de una parte pasada de la villa.

 

 

Os dejamos con el capítulo.

 

 

Parte esta calle de la plaza de España, conocida antiguamente por plaza de la Plancha y Alameda, y concluye en el minúsculo ensanchamiento de la desaparecida Puerta de Jerez, dejando a su derecha la calle Pedro la O.

 

Todas las casas de sus números impares están construidas sobre el lienzo de la vieja muralla que discurría entre el Arco de la Villa y la desaparecida Puerta de Jerez, de la que sólo queda el nombre en un azulejo que así lo atestigua.

 

Ignoramos con qué nombres se conoció esta calle en sus comienzos, si bien todos los datos referentes a ella hablan del Pozo de la Villa, haciendo mención al que se encontraba en su inicio desde la antigüedad para servicio de uso público, que fue cegado en 1973 cuando se abrió a través de la muralla el paso que une la plaza de España con la calle Álvaro Méndez, al que se dio el acertado nombre de Pozo de la Villa en recuerdo del desaparecido.

 

Sin embargo, a mediados del siglo XVIII se la conoce con el nombre de Bachiller, nombre tan indeterminado e impersonal que no sabríamos a qué o aquién podría referirse. No obstante, por la fecha en que se rotula, sobre1750, podemos deducir, que no afirmar, que se refiere a don Diego Castro y Reboredo, bachiller en Cánones, que el  3 de junio de 1742 fue nombrado teniente de gobernador de Rota y Chipiona, realizando una gran tarea económica y política a favor de todos los vecinos. A pesar de ello, Rota la conoció siempre como calle del Pozo de la Villa.

 

Como hemos apuntado, urgentes y necesarias circunstancias de tráfico obligaron al Ayuntamiento a proceder a la apertura de una calle o paso en el lugar que ocupaba el pozo, pero ello no obsta para que todos los roteños tengamos un recuerdo de gratitud por todos los servicios que prestó a nuestra localidad a través de los tiempos, porque el Pozo de la Villa, como indicaba su nombre, era de todos. Hoy no podemos percatarnos de su importantísima utilidad porque gozamos de agua corriente para todos los usos, pero no hace tanto tiempo como para perder la memoria que el legendario y desaparecido pozo era el de Rota, el que facilitaba el líquido elemento a los habitantes de su reducido recinto local de intramuros, el que servía de abrevadero a las numerosas caballerías menores de entonces, el que surtía a las típicas cubas de suministro y el que, en tiempos más modernos y con gran eficacia, facilitaba el agua para el lavado de coches de caballos y taxis de la única parada que entonces existía.

 

¡Cuantas cosas pudiera contarnos el Pozo de la Villa! Él fue el único suministrador de agua de nuestro pueblo durante muchos años, ya que el Pozo del Consejo, que desapareció por malabarismos municipales a finales del siglo XX, fue muy posterior.

 

El Pozo de la Villa podría contarnos cosas de la invasión anglo-holandesa, de nuestra vieja y desaparecida flota faluchera, a la que proveía de agua potable, de la cárcel cercana en la Alameda, de la que salía los pocos presos para limpiar con su agua los silos y la panera, etc.

 

Como dato anecdótico, debemos dejar constancia de que en el número 8 de esta calle vivía en el siglo XIX un marinero roteño llamado Prudencio Arjona Bernal, curioso el nombre, cuya esposa, Dolores García Pérez, dio a luz el 15 de julio de 1803, víspera de la festividad de la Virgen del Carmen, a cuatrillizos con toda la normalidad, de los que a poco más de un mes murieron dos. El acontecimiento del natalicio produjo en el pueblo tal revuelo y regocijo que hasta se celebraron fiestas públicas con numerosos regalos a los padres. Según hemos podido saber, el padre de estos cuatro niños es antepasado de la familia que posteriormente fue conocida por el apodo de los Mazantini.

 

Ésta vía, al igual que el resto de las estrechas y cortas calles de intramuros, acogía a los pocos habitantes de nuestro pueblo, dedicados a la pesca, artesanía, comercio y campo, y en momentos de invasiones y atropellos por piratas, moriscos, etc., todos los habitantes que vivían en los extramuros y los campos de los alrededores acudían a refugiarse tras las murallas de la villa hasta que, pasado el peligro, volvían a sus casas y chozas habituales.

 

La referencia documentada más antigua del pozo que da nombre a esta calle, procede del Protocolo de Bienes de la Parroquia de Nuestra Señora de la O, y corresponde a un censo impuesto y situado sobre unas casas en la plaza pública de esta villa, arrimada al muro, linde la Puerta de la Villa y el pilar, que fueron de doña Leonor Martín de la Sarza, mujer que fue de Juan Martín Caballero, según pareció por la escritura de obligación que otorgó en 21 de octubre de 1548 ante Lope Díaz. (JAMR)

             

Ya don Ignacio A. Liaño Pino sugirió en su libro Viejas Calles Roteñas que este nuevo paso abierto en la muralla fuese rotulado con el nombre de Pozo de la Villa por haber sido un lugar característico de nuestro pueblo.

             

La referencia documental más antigua sobre esta calle data de 1590, aunque carente aún de denominación, según constaba de cláusula del testamento otorgado por Juana Mateos a favor de la cofradía de Ánimas en 27 de agosto. En 1624 aparece como calle del Bachiller Juan Izquierdo Benítez en una entrada del Protocolo de la cofradía de la Purísima Concepción, en la que se cita un tributo o censo perpetuo sobre unas casas que tenía en la plaza de esta villa junto al pozo, linde casas de doña Catalina Benítez, viuda de Juan de Baeza, boticario, y la calle del bachiller Juan Izquierdo Benítez, como constaba de un traslado de reconocimiento otorgado en 3 de diciembre, y en 1690 ya como calle del Bachiller en una escritura de 25 de junio a favor del convento de la Merced, si bien en 1693 volvemos a encontrar el nombre de Bachiller Juan Izquierdo en otra entrada del mismo protocolo, al número 306. (JAMR)

             

Según las Actas Capitulares de 1881, habiendo solicitado permiso don José Ruiz de la Canal para colocar una puerta en la calle sin salida en la del Pozo del Concejo, que daba acceso al pozo de uso común allí situado, para evitar que la dicha calle continuase siendo depósito de inmundicias, acordó el Ayuntamiento el 14 de julio autorizarle la colocación de una verja, bajo la condición de que había de limpiar antes el pozo y de que la expresada verja había de estar abierta durante el día para el servicio público.     

 

 

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