"Buen día para atizar a Podemos"
por Balsa Cirrito
Reconozco que Podemos es para mí un partido que igualmente podría ser extraterrestre o habitante de una realidad paralela. Sus adeptos, lo he comprobado repetidamente, suelen ser los más talibanes mentalmente que nos cabe encontrar en España, algo meritorio en un país como el nuestro que no anda precisamente falto de talibanería. El buen podemita nunca acepta un argumento contrario, entre otras cosas porque el buen podemita viene programado de fábrica, igual que esos contestadores que nos topamos cuando realizamos una reclamación telefónica. Se diga lo que se diga, el Podemita siempre va a responder: "Facha, IBEX 35, facha, empoderamiento, facha, etc.". Si digo la verdad, resulta bastante más fácil discutir con alguien de VOX que con un podemoso.
Fíjense en una cuestión. Podemos nace básicamente como cauce del movimiento 15m. El movimiento 15m se ha definido de muchas maneras, casi todas ellas válidas, porque era una corriente muy heterogénea, pero si tuviera que precisar con una fórmula, yo diría que era un movimiento contra la España del chanchullo. De tal forma, Podemos se convierte en adalid de esa regeneración moral del país (no de España, que esa es palabra yuyu para el buen podemita). Pero uno empieza a ver y empieza a espantarse. No me voy a extender en el origen de un partido que recibe dinero extranjero para favorecer los intereses de ese país extranjero, como ha reconocido repetidamente Pablo Iglesias con respecto a Irán, sino con la biografía del propio Iglesias. Recuerdo comenzaba en su canal (o sea, la Sexta) que prácticamente en cada debate Iglesias se marcaba la chulería de recordar las infinitas matrículas de honor que había sacado durante la carrera. "Tiene que ser un tipo inteligente", pensé. Pero luego me dio por bucear. Miro en Internet y resulta que de las veintitantas matrículas de honor de Pablo, ninguna se obtuvo cuando cursó la carrera de Derecho, estudios que terminó con unas calificaciones correctas pero normales. Donde el tío parte la pana y se queda con todo el pastel cum laude es cuando cursa su segunda carrera, la de Ciencias Políticas. Esta, curiosamente, la realiza en la UCM, un reducto de ultraizquierdistas. Entre los profesores de Pablo, podemitas tan destacados como Jorge Vestrynge, Juan Carlos Monedero o Ariel Jerez. ¿Es legítimo que pensemos que las matrículas de honor de Pablo Iglesias tenían mucho de colegueo? ¿Alguien cree que son legítimas? ¿Va a resultar que las matrículas con las que chuleaba a todo Dios son de pega? Pensar que alguien así va a regenerar el país tiene tralla, pero sigamos, sigamos...
El chalé. Mucho se ha hablado, pero, francamente, me parece inverosímil que después de aquello los militantes de un partido que pretende acabar con los apaños, los enjuagues y la casta siga apoyando a su melenudo líder. Las contradicciones de Iglesias en este asunto (solo hay que recordar lo que decía de quienes se iban a vivir a zonas de lujo), son tan brutales que casi no sabemos qué decirle o qué cara ponerle. ¿Qué argumentos vas a dar a alguien con un morro tan estratosférico? Ni a él ni a los militantes que aprobaron la acción del amado líder en votación cibernética, sin importar lo extraño de la hipoteca (proporcionada por una entidad afín al independentismo catalán) ni el espantoso ridículo, de los mayores que recuerdo, que realizó la reina consorte, doña Irene Montero, en la rueda de prensa en la que trató de defender el asunto. Alguien que viene a regenerar, después de una como esta dimite, y no hace el paripé de someterse a la inquebrantable solidaridad de sus vasallos.
Pero sigamos con la regeneración. La semana pasada la noticia que más me ha irritado no ha sido ninguna relacionada con la investidura, sino con unas oposiciones a catedrático de música y el increíble mamoneo detectado en las mismas. Enchufismo, compadreo, nepotismo... Actividades todas donde el podemismo saca unas notas tal altas como las de Pablo Iglesias cuando Vestrynge le daba clases. En los ayuntamientos donde ha gobernado Podemos el elemento familiar y el yotecontratoporqueeresmiprimoomiamigodelalma ha primado tanto como en los ayuntamientos gobernados por los otros partidos, viaje para lo cual, desde luego, no hacían falta alforjas. Pero si hablamos de compadreo, entonces, bueno, entonces, llegamos al Olimpo. Dígame qué nombres le suenan de Podemos, ande, dígame. Pues... ¿Monedero? Profesor de la Complutense en Ciencias Políticas. ¿Bescansa? Profesora de la Complutense en Ciencias Políticas. ¿Pablo Iglesias? Profesor de la Complutense en Ciencias Políticas. ¿Errejón? Alumno de la Complutense en Ciencias Políticas. Sigamos con los menos conocidos pero también podemitas redomados y relevantes como Ariel Jerez (profe de la Complutense) o Sánchez León (también en el núcleo original de la Complutense). En mi pueblo a esto le llamamos endogamia salvaje y, desde luego, lo más parecido a casta que se me puede pasar por la cabeza.
Endogamia... endogamia. Vaya palabra. Pero donde la gamia se vuelve absolutamente endo es en el cargo de doña Irene Montero, reina consorte de la corte de Mordor, digo de los Siete Reinos, que esta pandilla es más de Juego de Tronos que de El Señor de los Anillos. Doña Irene, alabado sea su nombre, ha estado en un tris (y quien sabe si al final se convierte en tras) de ser vicepresidenta del gobierno de España, perdón, del Estado Plurinacional Solidario Español, con 31 años y sin, que yo sepa, haber trabajado en su vida. Si eso no es una carrera para aspirar al cargo que venga Ana Botella y lo vea. ¿Los méritos de Irene Montero? A ver... Creo que... Supongo... Tal vez...
No nos engañemos, los méritos fundamentales (aparte de los infinitos zascas recibidos en el Congreso) de doña Irene por la gracia de los Targaryen son los tradicionales del heteropatriarcado, o sea, de con quién comparte lecho. He mencionado a doña Ana Botella (otra que tal) y toda la justificada coña del Podemismo y del resto del mundo sobre sus méritos para ascender en política, que no eran otros que los de ser reina consorte. Pues igualito igualito que doña Irene Targaryen. ¿Esto es regenerar? ¿Sí? Pues entonces, ¿qué era todo aquello que decíamos de los políticos profesionales? Si alguien que no ha trabajado en su vida se puede comprar un chalé de - teóricamente - 600.000 euros no está precisamente dando un ejemplo de regeneración del país. A menos que se trate de una broma.
Imagino que conocen ustedes Rebelión en la Granja, la famosa novela de George Orwell en la que se ataca al comunismo estalinista. En ella, unos animales, impelidos al principio por nobles ideales, se rebelan contra sus amos para al final convertirse en todo aquello que teóricamente odiaban. Algo parecido a lo que ocurre con Podemos. Bueno parecido... Yo lo veo idéntico, pero lo mismo es que no he leído bien.
Pues esta gente es la que dice que quiere un gobierno de izquierda (eufemismo para referirse a un mullido sillón ministerial). Esta gente nos va a llevar a un adelanto electoral porque está tan preocupada por el país que no se conforma con el número de sillones que le corresponden... Por supuesto, el tinglado podemita me molestaría mucho menos si no anduvieran todo el tiempo presumiendo de lo contrario de lo que realmente son. Constantemente los vemos hacerse pasar por cátaros, por puros, por inmaculados... Podría seguir. Pero mejor otro día.





































Manuel | Lunes, 29 de Julio de 2019 a las 19:58:08 horas
Yo dejé de votar a IU cuando se unieron a Podemos. Nunca me gustaron y siempre me parecieron unos arribistas. El chalé es un claro ejemplo y hay algunos mas. Y si, tienes razón, se parecen mucho a "Rebelión en la granja". Para mi que lo han copiado. Al final han acabado pareciéndose a los demás políticos a los que tanto han criticado. No es nada extraño que en cada nuevas elecciones sigan perdiendo votantes.
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