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Redacción
Sábado, 20 de Julio de 2019

"Anécdotas reales"

"Historias populares de la villa de Rota", por Prudente Arjona

[Img #118849]En esta sección se ofrecerán fragmentos del libro escrito por el roteño Prudente Arjona, titulado "Historias populares de la villa de Rota", que como su propio nombre indica, refleja buena parte de la historia local.  Aunque el libro está a la venta en papelerías del municipio, el afán del autor nunca fue lucrarse con ello, por eso, permite a Rotaaldia.com compartir algunos de sus capítulos para que el gran público tenga conocimientos de una parte pasada de la villa.

 

 

Os dejamos con el capítulo.

 

 

La Barbería,  Rota, 29 de Septiembre de 2002

ANÉCDOTAS REALES

(Dedicado a mi amigo Domingo Sánchez Rizo, alcalde protagonista que vivió esta historia como Alcalde Rota)

 

-La verdá, Maeztro, la venía de los Reyes de España a Rota ya de por sí es pura anécdota, pues si mira que hacía quinientos veinticinco años que no venía un monarca a Rota, que justamente haya coincidío con la celebración del día de la Merced, onomástica de la madre del Rey, y justamente cuarenta y nueve años, que tal día como ese, 24 de septiembre de 1953, se firmaba en la capital de España el Parto de Madrí entre el Gobierno de Franco y el de los EE.UU. de América para la construcción de la Base Aeronaval Naval de Rota, quien no cree en las casualidades yo no sé en qué puee creé, pues no se puee jacé coincidí intencionadamente tantas cosas aunque se quiera.

 

-Ozé, al igual que muchos empresarios, yo cerré la barbería y me fui a ver a los Reyes, pues ¿que se yo si tendría una nueva ocasión? Y en verdá que me llevé muchas sorpresas por las múltiples anécdotas que fueron sucediendo, pues intenté burlá a los servicios de seguriá y pude palpar en la calle la ternura demostrada por los Monarcas con los niños; por ejemplo, te pueo contá cómo desde el ventaná der castillo er Rey percibió a una niña que blandía una carta, y arto seguío envió a uno de los agentes de seguriá pa que, tanto la niña como su madre, le acompañaran pa entregarle esa carta que tanto empeño tenía para el Monarca. La niña era Julia Tocino Rodríguez, de ocho años, que desde hacia dos estaba interesada en saber sobre la vida de los Reyes, ¿en qué castillo vivían?, ¿a qué se dedicaban? etc. Esa carta, con dibujitos y escrito por una niña de seis años, fue guardada con la ilusión de entregársela un día, que la Providencia y la sensibilidad de los Reyes les propiciaron la ocasión, pues el Rey quiso saber de viva vo er contenío de la carta de Julia, interesándose por sus aficiones, estudios y deseos.

 

-Maeztro, los Reyes se han volcado con los niños. ¡Se ve que son abuelos! ¿O no, Maeztro?

 

-Claro que sí, y prueba de ello es el caso de una niña de cinco años, Lidia María Pérez de la Lastra Lobato, que estaba obcecá en jacerle una afoto a los Reyes, por lo que no paraba de gritar: “Majestá, una foto”. Percibiéndose el Monarca de la petición, se acerco a Lidia y posó para ella, pero la niña, con una cámara de usá y tirá, estaba tapando el objetivo, y Don Juan Carlos le dijo: “No pongas el dedito que no sale”. A renglón seguido llamó a Doña Sofía, y ambos Monarcas posaron para la niña, a la que despidieron con un real beso en la mejilla.

 

-Lo que me conmovió, Maeztro, fue el gesto de ternura mantenido con un “loco bajito” de tré saño, José Antonio Armario Nieto, a quien el Rey, confundiéndolo con el hijo del Arcalde, acompañó de la mano hasta la escalinata de la parroquia.

 

-José Antonio, que a pesar de sus tré saño es conocío por su personaliá y desparpajo, pensaba que los Monarcas eran los Reyes Magos, por lo que no desaprovechó la ocasión para pedirle al Rey una bicicleta y un coche teledirigío.

 

Dentro de la iglesia los Monarcas tuvieron varios detalles muy interesantes, como el de sabé valorá la interpretación de las canciones que nuestra coral polifónica, el Orfeón Virgen de la Escalera, les dedicó: el Ave María de Tomás Luis de Victoria, y el Padre Nuestro de Fernando de Madina, pieza ésta que  fue cantá en la boda de su hija, la Infanta Cristina, por el Orfeón Donostierra, pero que la Reina agradeció que fuera cantada en castellano. Luego, saludaron a cada uno de lo miembro de l’orfeón y se fotografiaron con ellos.

 

-Ozé, también me conmovió el detalle del Rey, quien al entrá en la capilla de la Patrona díjole al párroco, Don Valentín: ¿Por qué no le rezamos una salve a la Patrona? También fue un detalle singular cuando, estando visitando la capilla del Nazareno, don Valentín les dijo  que “er Nazareno representa en Rota lo que el Medinaceli en Madrid o el Gran Poder en Sevilla”. Acto seguido ambos Monarcas subieron la escalinata y besaron los pies de la bella imagen roteña.

 

-Cuando llegaron al muelle hubo momentos de tensión, de ternura y de expectación, pues un nutrido grupo de personas de la tercera juventud del Centro de Día de las Hijas de la Caridad, y de miembros de la Asociación de Minusválidos, esperaban en un lugar privilegiado tener la oportunidad de ver a los Reyes de cerca, pero ellos, no sólo se dejaron ver, sino que se acercaron y ofrecieron momentos de fraternidad y calor humano.

 

-En esos momentos la Reina dijo: “Tengo necesidad Real de ir al baño”, y como una más de las mujeres presentes se dirigió a los servicios del bar “Abordo”, originando el consabido revuelo entre el celoso servicio de seguriá que acompañaba a los Monarcas.

 

-Creo, Maeztro, que ese es un gesto que demuestra una vez más la sencillé y naturaliá de unos Monarcas que por encima de su cataúra Real son personas con una extraordinaria categoría, como seres humanos.

 

-Ozé, dentro de la carpa que alojaba unas trescientas personas, y los Reyes departieron con toos, tanto con el Presidente del Comité de la Base Julio Malvido, quien le entregó un dossier con la situación laboral de los trabajaores de la Base, como con lo s’Eco der Rocío, quienes le cantaron una sevillana a los Monarcas antes de marcharse. Durante esta corta estancia bajo las lonas de la carpa tambié pasaron cosas como, por ejemplo, el sobresalto que originó entre el servicio de seguriá la esposa de un concejal al sacar del bolso un libro para que la Reina se lo firmarse. O, por otra parte, el rifirrafe que tuvieron la concejala Rosa María Gatón y Antonio Candelaria, de AIRE, delante de la Reina. Un hecho “histórico” lamentable.

 

-Ozé, Felipe Benitez Ruiz-Mateo tampoco tuvo reparo en decirle al Rey que: “la Mealla de Bronce otorgá a Su Majestá fue idea y obra mía”. Ya sabe, Ozé, “genio y figura...” Como pa´que se la apuntara otro...

 

-Maeztro, usté tampoco perdió la ocasión y tambié le entregó lo s’artículo de la trilogía lusa de La Barbería, der Rota Informació, y una foto de su amigo, el fundaó der Museo de Juguete de Sintra...

 

-¡Hombre, Ozé!, era ocasión única, pero también le incluí e l’último artículo sobre su visita a Rota, que deseo sirva pa argo... Eso espero, así como la plana que le endiñé al Ministro Zaplana sobre la problemática laboral de la Base...

 

La nota negra fue, sin duda, la comunicación al Rey de que  ETA acaba de asesinar a un cabo 1º de la Guardia Civil.

 

-Otra anécdota simpática fue, sin lugar a duda, la propiciada por una señora que llevaba una cesta de compra con verduras y frutas que pasó po r’entre los servicio de seguriá, quienes con toda precaución le hicieron volcá la compra pa verificá que entre las hortalizas, frutas y verduras no había naá con que peligrara la integriá de nadie.

 

-¡Mira, Ozé!, pasaron muchas otras cosas, pero como, ni tenemos tiempo, ni espacio, te diré para terminá antes de tomarnos una manzanilla, que’l menú que le sirvieron a los Reyes en el Duque de Nájera, además de los consabidos entrantes, fue a base de platos roteños: Arranque, albóndiga de choco, erizos de mar relleno (Plato que ganó el primer premio en la Segunda Feria de la Tapa) y Urta a la Roteña, too un placé gastronómico de la cocina ancestrá roteña que ellos supieron valoras con Real gusto, y que aparte de la hospitalidad que se llevan de Rota, a lo mejó les jace volvé por esta su casa.

 

 

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