"Una vieja discusión"
por Balsa Cirrito
Alguna vez caigo en la tentación - estúpida tentación - de entrar en debate a través de redes sociales o foros a cuenta del dilema república o monarquía. Y llamo estúpida a la tentación porque en la práctica totalidad de las ocasiones termino recibiendo una florida catarata de insultos, lo cual, me temo, es una característica sagrada de cualquier disputa internáutica, sea cual sea el tema, ya que el final siempre es el mismo: un energúmeno llamándome de todo (soy tan gentil que nunca respondo).
En todo caso, una de las palabras que más repiten los republicanos para referirse a la monarquía es la de anacrónica. Pues vale. Sin embargo, y según mi molesta opinión, quienes precisamente pecan de anacronismo desatado son ellos, los republicanos.
Los republicanos españoles presentan la disyuntiva monarquía-república con argumentos de hace ochenta, noventa o cien años. Es decir, plantean el mundo como si no hubiera habido una II Guerra Mundial, una descolonización, un franquismo liquidado y, si me apuran, un festival de Eurovisión. Esto es, la república equivale a libertad y democracia, mientras que monarquía es sinónimo de despotismo. Francamente, no creo que haga falta meditar mucho ni ser demasiado ingenioso para darse cuenta de que se trata de una perspectiva tirando a errónea. En el último siglo, pongamos por caso, creo que han sido muchas más las repúblicas dictatoriales que las monarquías despóticas. Solo hay que saber contar.
En realidad, los republicanos me parece a menudo que viven en un mundo de fantasía. Digo más, me temo que muchos de los republicanos, especialmente los menos informados, no saben siquiera lo que de verdad se está ventilando. Decir república o monarquía hace referencia a la jefatura del estado, no a quien gobierna (de hecho, la actual fiebrecilla republicana, la de sacar banderas tricolores a la menor ocasión, tiene su origen en la Guerra de Irak, como una suerte de protesta surrealista, ya que el rey ni pinchaba ni cortaba en el asunto). La jefatura del estado, digo, tiene una función representativa y simbólica. En mi opinión, está tan claro que que se trata de funciones que realiza mejor un rey que un presidente del gobierno que casi me da vergüenza explicarme demasiado.
Pongamos por caso el hecho de representar a un país. Un rey o un presidente se supone que debe ser la cabeza visible, el espíritu, la imagen de una nación. Y en este campo una monarquía, casi cualquier monarquía, gana por goleada a una república. Si no, ¿qué presidencia puede compararse al infinito glamur que desprende la familia real española? Y no se trata de una cuestión menor esto de la estética, sino que precisamente se trata de la cuestión principal, de lo que se ventila de entrada en el cargo. Veamos. Se supone que cuando escuchamos una canción lo más importante es la habilidad musical del intérprete, pero me temo que no resulta así. Lo que nos gusta casi siempre es el atractivo, el encanto, la belleza, la seducción, la gracia de quien canta. Y si creen que es mentira observen como las listas de éxitos suelen estar copadas por intérpretes atractivos. Supongo que no será porque solo cantan bien los guapos.
Con las monarquías ocurre algo parecido: ¿se imaginan a algún político español de los últimos decenios cuyo impacto y atractivo hubiera podido siquiera remotamente acercarse a nuestra Familia Real? Es verdad que nuestros reyes y nuestras encantadoras princesitas son sumamente apuestos, pero la gracia de las monarquías es que confieren glamur incluso a quienes la naturaleza no otorgó sus dones. La familia real británica, pongamos por ejemplo, es un grupo de personas, digámoslo suavemente, poco favorecidas por el dios de la belleza. Sin embargo, la monarquía les otorga ese glamur del que hablo. Fíjense en el príncipe Carlos de Inglaterra. Realmente, ni en la Tierra Media de El Señor de los Anillos podría pasar por un hombre apuesto. Sin embargo, en su juventud era, según las encuestas de entonces, uno de los hombres más deseados del mundo, y, desde luego, el número uno de Inglaterra, lo cual por muy raros que sean los ingleses, da que pensar. Y no es porque entonces tuviera mejor pinta. Si ahora es viejo y feo, entonces era joven y más feo todavía, sino que el hecho de ser heredero de la corona hacía que lo vieran con otros ojos.
A donde voy, las monarquías no solo exhalan glamur, exhalan un perfume de grandeza, de consecuencia con la historia, mantienen un aura de sobrenaturalidad y de magia que encanta a todo el mundo, incluso a quienes teóricamente se oponen a las monarquías. Y todos esos que menciono son los ingredientes esenciales para la función que se les pide. Hay una suerte de manía contemporánea que es la de votarlo todo, como si el hecho de votar eximiera de la estupidez o produjera mejores resultados. Los votos sirven para las cosas que sirven los votos, que son principalmente cosas que conviene que puedan ser cambiadas. Pero cuando lo que pedimos es continuidad con el pasado, la monarquía es muy superior a cualquier otra forma. ¿Por qué creen si no que tienen tanta fobia los independentistas catalanes a la monarquía?
Podría seguir con otras ventajas pero no quiero extenderme. Solo repito la pregunta: ¿de verdad alguien cree que nos puede representar mejor un presidente que un rey?
PD: Como siempre digo, llevo muchos muchos años pidiendo a cualquier republicano que me diga una, solo una que me conformo, mejora que aportaría al país el hecho de tuviéramos presidente en vez de rey. Hasta ahora nadie me ha respondido.
Otra PD. Por cierto, la Monarquía Española es una de las jefaturas de estado que salen más baratas en Europa, incluyendo todas las presidencias de Europa Occidental.






































Rebelderota | Martes, 09 de Julio de 2019 a las 19:18:49 horas
Si la monarquia ejerciera el papel de jefe del estado impidiendo lo que pasó en Cataluña y no con solo declaraciones si se podría valorar como positivo la monarquia . España necesita un jefe del estado comprometido con el pais y su unidad y para esos quecomparan Venezuela con el Reino Unido etc solo decirle a mi que me importa , solo quiero un gobierno estable sin corrupción y sin que el jefe del estado se enriquezca a costa de sus ciudadanos , hoy por hoy casi todos se enriquecen lo que quiere decir que la cuestión no es monarquia o republica es un sistema político económico nacional y con justicia social lo que necesita España
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