Sobre las diez de la noche de ayer jueves llegaron los rocieros roteños a la aldea almonteña tras tres días de camino en los que este año, pese a ser pleno mes de junio, las temperaturas han sido bastante frescas por el viento de poniente. Eso ha aliviado el camino y lejos del calor sofocante de otros años, ha sido mucho más liviano, en momentos, incluso con sensación de frío.

Con caras de cansancio pero animados por vivir  cuatro intensas jornadas hasta el Lunes de Pentecostés, los romeros tienen en la jornada de hoy viernes un día de descanso. Se preparan para mañana, su presentación oficial en la ermita ante Nuestra Señora del Rocío y ante la Hermandad Matriz de Almonte.

La hermandad roteña, que data de 1978, es la número 52 de las 121 hermandades filiales que están registradas, así que deberá esperar como cada año su turno para ese momento especial de todos los rocieros. Aunque hasta anoche no llegó la comitiva que partía el martes desde Rota, ayer y hoy en la Casa Hermandad se nota mucho más ambiente, roteños que no han hecho el camino pero ya están en la aldea de El Rocío para reunirse con su Madre. No faltará el cante, el baile y la convivencia, que son santo y seña de esta peregrinación multitudinaria. 

El camino, salvo algunos percances con vehículos, se ha desarrollado según lo previsto y la nueva carreta blanca de la Hermandad del Rocío de Rota pisó ayer por primera vez tierra almonteña. A su llegada, muchos paisanos le dieron la bienvenida al cortejo que en estos días la arropado portando el Simpecado.

Tocan horas ahora de diversión, devoción y fraternidad.