Pocas veces unas elecciones locales han tenido tanto impacto a nivel nacional. La coincidencia con autonómicas y europeas y la proximidad de las generales convirtieron el 26-M en una especie de segunda vuelta, con unos efectos inesperados. Primero, y más destacado, el resurgir del bipartidismo.

Un análisis profundo de la coyuntura actual no cabe en un espacio tan limitado: Habría que dedicar unas líneas a los posibles pactos, que más que alcaldías o presidencias de autonomías, reparten poder y prestigio, tan gastado hoy en día. Las combinaciones son múltiples y lo que pudiera parecer lógico va a depender de las posibles incidencias en la política nacional, por tanto, a la espera de mejor ocasión para casos concretos, centrémonos en lo que más nos pueda interesar. Así que, partiendo de la realidad de Rota, se irá complementando con influjos más amplios. El PSOE, ganador a nivel nacional, también crece en Rota en una dinámica espectacular. La labor del gobierno municipal ha tenido, como es normal, luces y sombras, si lo miramos con la óptica del país y con lo que la gente, a nivel general, espera. Pero no se puede olvidar que en el libro de las gestiones del ayuntamiento también hay páginas incompletas o emborronadas. En Salud y Medio Ambiente son los apartados donde más déficits se acumulan: la polémica y el empeño por el uso de los glifosatos, bien demostrada su peligrosidad por ser cancerígenos, para erradicar las malas hierbas; la defensa de los productos transgénicos; la inacción o la dejadez en la retirada del amianto y en el descubrimiento de zonas donde se esconden estos materiales una vez retirados; la absoluta paralización del proyecto para el vertido de aguas; la usurpación de suelo público en caminos vecinales, etc; las plagas de procesionarias; la aparición de ratas y cucarachas; el descuido de los pinares; son ejemplos que implican en muchos casos al concejal que, a pesar de su ineficaz labor, se le premia con un ascenso en la lista. En absoluto se puede olvidar el desatino del aparcamiento de las antiguas casas de los maestros en el que, meses después, se decide construir bloques de pisos, con la oposición de un significativo colectivo vecinal a quienes se les acusa de todo; el fiasco de la compra del Museo Ruiz-Mateos, que años atrás fue argumento contra la anterior corporación; el Concurso de Miss Mundo, frente al auge en Rota de la lucha en defensa de la mujer, o el Parque Acuático de la Ballena, también con oposición del vecindario; o la actitud intolerante frente a la Vaqueriza, que todo el mundo queremos que se solucione. Por supuesto que hay más; pero, a pesar de todo, sigo considerando que ha sido una buena legislatura. Son muchos más los logros y el pueblo de Rota lo ha reconocido como tal con sus votos.

Los tres partidos de la oposición, Partido Popular, Roteños Unidos y el Grupo Mixto Sí Se Puede, han mantenido una actitud muy correcta en el ejercicio de su función, manteniendo un tono educado; han presentado iniciativas, han llevado al Pleno las demandas de la Ciudadanía y han apoyado cuantas propuestas parecían de interés para Rota. Hay quien cree que hacer oposición es estar todo el tiempo creando polémicas por cualquier tema, obstruir la acción de gobierno y crear tensiones absurdas. De ese pecado solo en algunas ocasiones el PP y el PSOE se han enzarzado en agrias discusiones; si eso es lo que se espera habrá que decir que no han hecho una buena oposición. Va siendo hora de que se valore lo positivo y las broncas no lo son.

Del socio de gobierno, IU, habrá que asociarle, al menos en parte con él: brillante la labor en Asuntos Sociales, y con una decepcionante actuación en los Presupuestos Participativos, basta escuchar la opinión de gente que ha participado. Nadie les va a negar su implicación en el tejido social y también se les ha visto en muchos de los conflictos vividos en la localidad apoyando a los trabajadores, como otras fuerzas políticas. Su pacto con el PSOE les ha llevado a perder peso. Como siempre, el pez grande se come al chico e IU ya lo vivió con su apoyo a Susana Díaz en la Junta de Andalucía. La historia se repite.

Como Sí Se Puede estaba formada por EQUO y PODEMOS, los primeros en solitario no han atraído lo bastante, y por nuestra parte asumir con toda humildad que no hemos sabido conectar con toda la gente que hubiera sido necesaria, nos ha quedado muy corta la relación con el asociacionismo roteño y que la influencia de los continuos desaciertos de la cúpula estatal de PODEMOS y el rosario de defecciones y divisiones que sufrimos, bien aireadas por tirios, troyanos y medios de comunicación, han sido determinantes para que no se haya sido capaz de mejorar los resultados, con cierta caída de votos.

Creo que el tema no da para más; podría, pero no me merece la pena.

Manuel García Mata