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Redacción 2
Miércoles, 29 de Mayo de 2019

Elda VI (por Ángela Ortiz Andrade)

Una vez con su título de arquitecta bajo el brazo, Elda se vio inmersa en la búsqueda de trabajo; tras hacer varias visitas para darse a conocer y dejar su currículum, llegó a casa de sus amigos para comer con ellos, y así informarse de lo que había ocurrido con el asunto del proyecto de Isabela. Ese día le notificarían si el nuevo puesto iba a ser para ella; su amiga estaba segura de que así sería, porque después de supervisar todo el trabajo realizado, comprobó que era sobresaliente, no le encontraba  fallos, más bien al contrario; además estaba lleno de originalidad, innovación y buen gusto. Por ello apareció en la casa con una botella de champán para brindar por el ascenso de su compañera.

  

La protagonista del día aún no había llegado, cosa que prometía y que ponía a Pablo y Elda aún más nerviosos y llenos de incertidumbre. Sonaron las llaves en la puerta y ambos se cogieron de las manos sobre la mesa de la cocina, Isabela los miró con semblante derrotado. Estaba muy enfadada y bastante triste. –“Los jefes me llamaron a su despacho, querían hablar conmigo. Yo me dije ¡ya está, el ascenso es mío, por fin! Cuando entré emocionada, me encontré cara a cara con ellos que muy serios me dijeron que mi trabajo era muy bueno, pero que estaban seguros de que no lo había hecho yo. Tenían en su poder unas fotos de ese mismo proyecto que había realizado otra persona y que yo, una vez concluido, había firmardo con mi nombre. ¿Sabéis para quien ha sido el ascenso? Pues para el gilipollas del hijo de Cuca, que para más inri acaba de llegar a la empresa. Y lo peor es que me han cuestionado todos estos años de trabajo. Me siento morir, de verdad.” A Elda comenzaron a darle vueltas a su alrededor los muebles de cocina, afortunadamente estaba sentada, porque si no, se hubiera desmayado. –“Pero nena, ¿por qué no me dijiste que quien pujaba por ese puesto era el hijo de la bruja cotilla?, no tenía ni idea”. –“¿Y para qué, de qué hubiera servido eso?”, contestó su amiga. Entonces Elda contó lo que había ocurrido la noche de la fiesta en su casa, Isabela iba a explotar de rabia, repitiendo: “maldita, maldita, maldita”.

  

Pero no hay mal que por bien no venga, Isabela ya no estaba a gusto en su entorno laboral y Elda no encontraba una ocupación a su medida, así que se asociaron y montaron una empresa de interiorismo y decoración. Gracias a sus contactos que conocían el buen hacer de ambas, no tardaron en tener encargos importantes.

  

Isabela estaba en sus primeros meses de embarazo y no se encontraba nada bien, así que cuando había que desplazarse para negociar con algún proveedor, era Elda la que viajaba. Esta vez tuvo que coger un avión y hacer noche en un hotel, el cual era muy agradable; así que en vez de cenar en la habitación, como de costumbre, lo hizo en su restaurante; se encontraba tan a gusto que se le hizo bien tarde. Cuando subió para acostarse, vio que al final del pasillo dos hombres entre besos y arrumacos abrían la puerta de la habitación que estaba junto a la suya. Oyó gemidos, pequeños gritos de placer y el sonido rítmico característico de una cama en movimiento, mucho movimiento, hasta que se quedó dormida. Varias horas después unos ruidos extraños la despertaron, era como si alguien agitara pulseras, a veces rápidamente,  otras más lenta y escuchó forcejeo. Se puso una bata y salió a ver qué ocurría, la habitación de al lado tenía la puerta abierta de par en par, dentro había un hombre desnudo con los ojos vendados, esposado al cabecero de la cama. Se acercó con cuidado para no hacer ruido, vio que se lo habían robado todo y entonces lo reconoció. Sacó con cuidado el móvil y grabó la escena minuciosamente, cuando acabó, entró en su habitación y llamó a seguridad.

  

Una vez tranquila repasó la grabación. Quería tener la certeza de que el señor del dormitorio de al lado era el ilustre marido de Cuca. Apagó el teléfono y lo metió en su bolso diciendo satisfecha: -“Ya te tengo”.

 

Ángela Ortiz Andrade

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  • Ángela

    Ángela | Sábado, 01 de Junio de 2019 a las 10:55:38 horas

    Estimada Mª José, con esta entrega, Elda había llegado a su fin. Pero gracias a tu comentario la mantendremos entre nosotros varias semanas más. Muchas gracias de mi parte y sobre todo de la de Elda.

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  • Maria Jose

    Maria Jose | Viernes, 31 de Mayo de 2019 a las 13:21:42 horas

    Estimada Angela, felicidades por tus relatos.
    Me tienen fascinadas,por favor¡¡ Elda VII pronto!!

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