Dignidad (por Manuel García Mata)
La situación generada por el necesario suicidio de María José Carrasco, asistida por su marido Ángel Hernández, ha supuesto un aldabonazo tremendo en las adormecidas conciencias del Estado español. Ante hechos tan impactantes como este, la sociedad española, conmocionada por tan abnegado sacrificio de quien tanto ha demostrado su amor a su mujer, clama por una solución muy distinta a la que corresponde por ley.
Sucesos tan trágicos y tan emotivos, al mismo tiempo, exigen una reflexión profunda entre los miembros de esta sociedad, tanto de la ciudadanía, en general, como de a quienes esta les otorga la responsabilidad de legislar, en particular, que, en el fondo, son quienes tienen la capacidad para cambiar las leyes que permiten un paso adelante en esta vital y esperada reivindicación.
Suelen ser motivo de significadas diferencias los planteamientos que defienden las fuerzas progresistas y las conservadoras en cuestiones referidas a temas de esta índole. Lógicamente ante hechos de tan alta carga emocional suele resultar dificultoso alcanzar acuerdos, pues las posturas adolecen de ser prácticamente inamovibles.
Las posiciones de las distintas opciones ideológicas son sobradamente conocidas: Unidas Podemos ya propuso una ley para despenalizar la eutanasia en marzo de 2017, que fue rechazada por PP y C´s y que el PSOE se limitó a abstenerse; en Mayo de 2018 la iniciativa del PSOE dejó abiertas las puertas para una futura ley, que hasta ahora no ha dado fruto alguno. En la otra franja el Partido Popular sigue manteniendo una posición reacia a cualquier avance hacia la muerte digna; en tanto que Ciudadanos da un paso importante en favor de tan ansiada ley, que permita poner fin dignamente a vidas de enormes, inútiles e innecesarios padecimientos para quienes es imposibles ofrecerles esperanza alguna que no sea el fin de tan amarga y dolorosa existencia.
Ante una demanda tan comprensible como esta cabe preguntarse con extrañeza a qué se debe esa cerrazón en las posiciones de partida de los partidos conservadores. Tradicionalmente, y en España la tradición es seña de identidad, todos los temas relacionados con la vida, la muerte y el dolor han estado siempre teñidos por el influjo de las doctrinas religiosas; entre los que la eutanasia, el aborto, quizás sean los más relevantes. El problema se acentúa cuando los argumentos para justificar una postura dependen de un dogma es imposible que quienes pertenecen a estas confesiones puedan actualizar sus teorías acerca de los temas en cuestión.
Pero no siempre se ha mantenido de la misma manera. Actitudes eclesiásticas respecto de temas similares han ido evolucionando como en cualquier sociedad a lo largo de la historia. Hoy en día, la defensa de los Derechos Humanos en gran parte de la iglesia católica, nada tiene que ver con las barbaridades cometidas en el pasado, en las que las torturas y ajusticiamientos de los que la Inquisición fue responsable, son claros ejemplos. Por ello, todas estas personas que forman la grey católica deberían ser quienes, con unas posturas más abiertas, acercaran a la iglesia a revisar casos como el de la eutanasia. De esta manera no existirían problemas de conciencia para una gran mayoría de creyentes que comprenden la eutanasia y no entienden que sus creencias les impidan defenderla.
Se es consciente de que la eutanasia va dirigida a estas situaciones, es evidente. No debería ser necesario recordarlo, pero este tema, desgraciadamente, posibilita muy fácilmente la manipulación y la confusión, alegando que la eutanasia permitiría acabar indiscriminadamente con otros muchos casos que en absoluto son comprendidos en ella. No hay que irse muy lejos para encontrar algún ejemplo.
Manuel García Mata

































Juan Manuel | Jueves, 18 de Abril de 2019 a las 16:46:02 horas
Manuel. Muy acertado su comentario. En este país, como en muchos otros, a los gobernantes les dan igual el sufrimiento de las personas que claman con acabar sus vidas dignamente. Al igual que no nos preguntan si queremos nacer, al menos que nos dejen de seguir viviendo en casos que sólo están acompañados por el dolor y el sufrimiento. Salud.
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