Con esta carta abierta queremos denunciar desde nuestra perspectiva la situación que se produce en Rota (Cádiz), con la ganadería de vacuno de raza Frisona, productora de leche desde hace ya casi cincuenta años en esta localidad. El proceso de liquidación abrupto y sin sentido en que se encuentra esta granja da una imagen lamentable de nuestra querida Andalucía, emprendedora y pujante, pero carente a veces tanto de los principios básicos de la convivencia social y el respeto mutuo, como de la profesionalidad y la planificación certera.    Desde una entidad que agrupa a más de 150 ganaderos de toda Andalucía y que se basa en el conocimiento técnico para mejorar la estructura profesional y empresarial de las granjas asociadas, hemos intentado en toda nuestra historia colaborar con todos los estamentos, administraciones públicas incluidas, en la solución de los problemas que día a día puede generar, pero que en muchas ocasiones sufre, la actividad ganadera en el entorno andaluz.

Lo que no tiene sentido es que dentro de nuestra sociedad, de nuestros pueblos y de nuestra región, no vayamos todos a una en lo que atañe a la actividad económica legal, digna y honrada, que genera desarrollo integral, producción de bienes y servicios y beneficio comunitario sin ninguna duda.

Por un lado unos, los ganaderos, consiguen actividad económica, empleo y productos básicos de nuestra alimentación, ejerciendo una actividad que conjuga una gran profesionalidad técnica, un muy elevado nivel de inversión y recirculación monetaria y una dedicación horaria sin comparación en casi ningún otro sector productivo.

Por otro lado, las administraciones públicas, responsables de la ordenación de todo el territorio y de las actividades que en él se desarrollan, con un papel de ORDEN, CONTROL, FOMENTO y PREVENCIÓN de conflictos que, en lo tocante a la ganadería lechera andaluza, en ocasiones, lugares y por qué no decirlo, personas, ha dejado mucho y hasta muchísimo que desear. Y en todos estos años de actividad de nuestra entidad, ya más de treinta, hemos visto pasar por nuestra puerta ejemplos de ordenación y fomento muy adecuados e incluso pioneros en esta querida España que tanto nos arrojamos a la cara últimamente.
Pero también hemos visto, y tratado de reconducir en la medida de nuestras limitadas posibilidades, auténticos desmanes de ordenación del quehacer ganadero, que han conducido a una inevitable paralización de la actividad económica de granjas, en ocasiones con descalabro definitivo para el productor. Aunque también a veces haya sido excusado el desahucio ganadero con la tremenda anulación de la sensatez y el bien hacer mediante el llamado “pelotazo urbanístico”, de beneficios individuales sin duda pero pleno de perjuicios sociales, económicos y de cultura moral. No nos corresponde a nosotros valorar esta práctica, bien al contrario, adquiera cada uno su propia visión, material no falta en nuestras hemerotecas.

En nuestro mínimo papel social, no podemos dejar pasar esta situación sin instar a las partes de manera urgente y definitiva a una solución compartida. Llamamos a abandonar todos los preceptos inamovibles que no conducen más que al perjuicio mutuo, a buscar una salida consensuada que nos permita a TODOS ganar, con la continuidad de la actividad ganadera en la forma y manera posible respetando la convivencia municipal. No se trata de buscar ganadores ni vencidos, se trata de que ganemos todos y no sigamos socavando los cimientos de la convivencia social y económica.

No nos engañemos, nadie vendrá después a reparar nuestros desmanes o nuestra inacción y poco a poco iremos perdiendo economía, diversidad productiva, capacidad de solucionar los problemas y desaparecerá el respeto y la confianza por parte de la ciudadanía.

Por favor, siéntense las partes de forma pública y definitiva en la búsqueda de una solución inmediata y definitiva. No se levanten hasta que no haya un acuerdo pactado, negociado, que anule las posturas amuralladas y permita la continuidad de la actividad ganadera y la convivencia ciudadana.

Y mientras tanto y sin excusa, por favor liberen a los rehenes. Los animales no son más que las personas, de ninguna manera, pero merecen nuestro máximo respeto. Restitúyase sin excusa de manera inmediata el agua y la luz en la explotación ganadera, no estamos en la Edad Media y esta medida de presión, aún pudiendo ser la más legal del mundo, que no lo parece, diagnostica una insensibilidad rayana con la paranoia burocrática.

En la confianza de que aún haya lugar para la esperanza, ofrecemos todo lo que en nuestra mano esté para colaborar en la búsqueda de esa solución definitiva y razonable que todavía existe, seguro. Enseñemos a los problemas por venir que somos capaces de facilitar los intereses de unos y otros a favor de la convivencia y el desarrollo mutuo. Mostremos desde nuestra minúscula importancia que no dejamos de ser, los ganaderos, pequeños átomos imprescindibles que pueden formar parte de grandes constelaciones.

Confrontemos en el debate público, abierto y en el inexcusable compromiso por la solución pactada. Sirva el bastón de mando por esta vez para apuntalar el crecimiento de la actividad ciudadana, para apoyar los momentos de debilidad vecinal, para acercar los frutos sociales al alcance de todos, y evitemos alzarlo en amenazadora imagen, que todos repudiamos. Nuestras armas en la batalla abierta, por muy poderosas que sean, no dejarán de producir muertes innecesarias y finalmente se volverán contra nosotros mismos.
                          
 

Patxi González Angulo (gerente de la Asociación Frisona Andaluza)