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Redacción 1
Sábado, 09 de Marzo de 2019

"El Carnaval de los cobardicas"

por Balsa Cirrito

[Img #109009]Esta semana he disfrutado formando parte del jurado del Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Rota. Salvo por el hecho de que las dos sesiones de semifinales fueran un poco largas, creo que he disfrutado bastante, tanto del espectáculo como del buen ambiente que se respiraba entre todos los que formábamos parte del equipo que debía llevar a buen puerto el evento (observen como hasta aquí me he comportado como un tipo enrollado y positivo) (me temo que a partir de ahora cambia la cosa).

 

Siempre se ha dicho que los Carnavales de Cádiz y sus letrillas eran uno de los máximos exponentes de la irreverencia, de la desvergüenza, de la frescura; que el espíritu del carnaval estaba presidido por la falta de respeto, por el atrevimiento, por la desfachatez ante las opiniones dominantes. Pues sería en otra época, porque en la actualidad hemos llegado a un punto en el que ocurre exactamente lo contrario: el carnaval y sus coplas son el escaparate de la corrección política, del no decir cosas que molesten, de la expresión de las opiniones dominantes. Cualquier pasodoble sobre los tres grandes tabúes: feminismo, homosexualidad y cuestiones raciales o de inmigración sabemos lo que va a decir antes de que suene el primer acorde. Francamente, resulta muy aburrido. Todo es correcto, previsible, empalagoso. Hemos llegado a un punto en el que más que letrillas de carnaval deberíamos llamarlas anexos del BOE. Hay quien se cree muy valiente por darles caña a los políticos o a la Iglesia, pero me temo que para eso no hay que tener agallas, porque lo hacen todos. De hecho, lo que realmente llamaría la atención en un concurso de agrupaciones sería escuchar a una comparsa o chirigota hablando bien de políticos o de curas.

 

Entendámonos, no se trata de que tengamos esta u otra opinión, se trata del derecho de cada cual a decir lo que le apetezca. Estoy seguro de que hay muchas, muchísimas personas que no opinan lo que el pensamiento dominante dicta con respecto a los tres grandes tabúes de los que hablábamos antes. Sin embargo, no se atreven a expresarse. Puede que resulte un poco duro lo que voy a decir ahora, pero no creo que ni en tiempos de Franco existiera semejante falta de libertad de expresión. Por supuesto, en tiempos del Caudillo había una censura estúpida y brutal que multaba o detenía a quien fuera capaz de desafiarla. Pero siempre había valientes a los que no les importaba cantar un cuplé que les costara el calabozo o una sanción de varios miles de pesetas. Ahora la censura debe ser más fuerte, o tal vez seamos más cobardes, porque el caso es que no hay narices para salirse de la vía establecida. Firmes, ¡ar! Todos al mismo paso, y, ¡cuidadito con salirse de la línea de la corrección!

 

¿Viva el carnaval? ¡Tururú!

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  • Rebelderota

    Rebelderota | Sábado, 09 de Marzo de 2019 a las 16:47:51 horas

    Pienso igual que e articulista , el carnaval de ahora está politizado por cierta izquierda . Solo critican ridiculizan a los que son sus oponentes políticos y alguna vez se salen criticando a los suyos porque se les ve el plumero. Hay que ser valientes para no ser políticamente correcto y eso en el carnaval ya no existe .

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