Igualdad (por Hugo Cañellas Ávila)
Según la Real Academia de la Lengua Española, igualdad es "Que tiene las mismas características que otra persona o cosa...".
En esto ¿estaremos todos de acuerdo, no? Me refiero tanto a la definición como a la defensa de una sociedad y unas leyes más justas y sobre todo, más igualitarias. Pero, ¿de verdad somos una sociedad justa e igualitaria?¿Tenemos todos los mismos derechos y oportunidades? Desgraciadamente, no.
Intentemos desgranar en sólo 500 palabras las desigualdades que esta sociedad tiene.
Extremadura y Andalucía son las comunidades autónomas donde existe mayor porcentaje de pobreza, es decir, la desigualdad entre clases sociales es mayor, con lo que desgraciadamente el rico es más rico y el pobre, mucho más pobre, y según las estadísticas, esta diferencia lleva años agrandándose, habiendo cada vez más un escalón mayor entre los que más tienen y entre los que no tienen nada.
Los canarios, los castellanomanchegos y los catalanes son los que más tienen que esperar de España (según datos del 2018) en listas de espera sanitarias para operarse, frente a los que menos esperan que son los madrileños, los vascos y los riojanos.
Si hablamos de la Ley de Dependencia, esa afamada ley, los datos son estremecedores y hasta avergonzantes. En Castilla y León la Ayuda a la Dependencia cubre casi en su totalidad a sus usuarios, no llegando ni al 3% los usuarios que no reciben ayuda o prestación. En comunidades autónomas como Canarias, Cataluña y especialmente Andalucía se supera el 30% de los usuarios a la espera de ayuda, y hablo con prestación reconocida, no pendiente de estudio... de ese 30% habría que sumarles los que fallecen esperando la ayuda.
Desgraciadamente, podríamos seguir así páginas y páginas. Ya como último ejemplo, cómo olvidar a mis queridos guerreros de JUSAPOL, la organización de policías nacionales y guardias civiles que sólo quieren equiparar sus derechos a los de las policías autonómicas, reivindicando que ante la igualdad de obligaciones, igualdad de derechos.
Esto, todo esto también es igualdad, igualdad social, hablamos de personas, de miles o millones de personas que diariamente sufren desigualdad dependiendo de su edad, su sexo, su trabajo, su orientación sexual o lo más grave, dependiendo de la comunidad autónoma donde vivan.
Me parecen perfectas las reivindicaciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. ¿Por qué no? Toda reivindicación que mejore la sociedad es bienvenida, pero cuidado con lo que reivindicamos. La igualdad es eso mismo, igualdad. Este 8 de marzo espero que se tengan en cuenta que una mujer extremeña tiene mayor riesgo de pobreza que una madrileña, que una mujer andaluza tiene que esperar más tiempo en lista de espera que una vasca, y que una mujer policía nacional tiene menos derecho y menos sueldo que una mujer Mossos de Esquadra. Esto también es igualdad. Que no nos engañen, igualdad no es sólo hablar del aborto o ir contra la religión (católica claro, contra otras religiones les faltan ovarios). Igualdad es cogernos todos de la mano, todos, y defender la libertad de las mujeres, libertad para maquillarse y ponerse escote o para ir en chandal, libertad para ser creyente o no, libertad para querer estudiar una carrera o no, y sobre todo, libertad para ir, o no, a la huelga del 8 de marzo. No se es menos mujer por no ser feminista, no se es machista por no ser feminista.
Hugo Cañellas Ávila

































Darth Vader | Sábado, 16 de Marzo de 2019 a las 11:48:12 horas
Decía un filosofo: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.”
Que duda cabe, teniendo en cuenta lo anterior, que el autor de esta carta-panfleto antifeminista y misogino es politico. Busca un problema donde no lo hay, en la lucha feminista, hace un diagnostico falso y sectario del mismo, tratando de traspasarlo a temas donde no se produce y aplica el remedio equivocado, se decanta por criminalizar la lucha. Esto es criminaliza a las victimas. Y todo con un cinismo escalofriante, critica las listas de espera de la Ley de Dependencia, sin admitir que el problema existe precisamente por las politicas de derechas que él mismo defiende, porque se desvian presupuesto para engordar los del Ministerio de Defensa, por ejemplo, para dotar de más dinero al ejercito, quitandoselo a los ciudadanos que estan en más precarias condiciones. ¿Para que queremos un ejercito que nos defienda de enemigos invisibles, si dejamos morir a nuestros conciudadanos por no cubrir sus necesidades sanitarias? Pero, está visto que para el autor de la carta, los intereses de la casta militar está por encima de los del resto de ciudadanos.
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