Esteban Gatón (por Manuel García Mata)
Hoy nos ha dejado Esteban Gatón. Hace pocas horas que nos enteramos y la noticia cayó en casa como una pesada losa. Mi mujer no reaccionaba; muertes como esta, de persona tan querida, la quedan hundida. Por ello, cuando Lola me dijo que Esteban se merecía una carta bonita, como alguna que escribí, no podía negarme.
No creo que vaya a estar a su altura: Él era mucho más grande de lo que yo sea capaz de escribir. Quizá no sea yo el más indicado para homenajear a tan genial personaje, seguro que de otras plumas nacen mejores palabras. Lo intentaré, y solo si este texto alcanza el mínimo de lo que se merece Esteban, sólo en este caso, se hará público.
Supe de Esteban antes de conocerle. De entre tantas personas de Rota que fueron importante en la vida, mi mujer me fue anticipando para que cuando arribase por estas tierras tuviera consciencia del enorme nivel humano que por aquí se acostumbra. Desconozco si era esa su pretensión, pero la experiencia pronto me lo confirmó. De esas personas entrañables que entraron en mi vida a través del crisol apasionado de Rota que Lola me relataba, la figura de Esteban, amigo de mi suegro, era de esos que su calidad humana sobresale entre muchas de sus virtudes. Supe entonces de su pasión carnavalesca, la fiesta genuinamente popular que me atrapó, a mí que nunca me gustaron las fiestas populares, hasta entonces; y Esteban, carnavalero de pro, se me apareció como uno de los más apasionados. Allí descubrí su enorme creatividad, su simpatía, su gracia y su facilidad para jugar con las rimas, salpicadas de genio, de sentido. Pero no quedaron allí los frutos de su imaginación, las coplas de Gatón en el IU-Comunica, eran de las páginas más entrañablemente encantadoras del periódico de Izquierda Unida. Y con esto, ese compromiso serio, convencido, dinámico y militante con la causa de los trabajadores, de los desfavorecidos, de los oprimidos, de los descamisados. Esteban era entrega, era sacrificio, desarrollaba una labor inmensa sin echarle más cuenta que su abnegación y esa eterna alegría que contagiaba y llevaba por bandera a la altura de su incansable quehacer por los demás.
Últimamente, en la lucha de los pensionistas, trabajando con tesón, con dedicación, dispuesto para todo y dando la cara. Quién puede ponerle una pega a quien se hacía querer de tanto como se entregaba. Me hubiera gustado llorar, pero cada vez me cuesta más, cuánto he echado de menos las lágrimas, pocas veces más apropiadas que para este momento.
Este pedazo de persona, porque tanto nos llenó, mayor es el hueco que nos deja. No quiero que se me escapen palabras raras para decir de alguien tan sencillo y tan completo, me viene la palabra que descubrí en esta tierra y que resume lo que mejor puedo decir de él: Esteban Gatón era muy buena gente.
Un abrazo, amigo. Y, si ello fuera posible, que el próximo mundo en que te veas sea merecedor de alguien como tú.
Manuel García Mata

































JAUT | Jueves, 07 de Febrero de 2019 a las 19:57:10 horas
D.E.P. Esteban Gatón,buena gente,lo principal lo tenía.
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