PENSAR CON LA CABEZA

Cuando se quiere apagar un fuego, lo más lógico es cortarle el oxígeno. Lo que no parece muy inteligente es abanicar la candela o arrojar un bote de alcohol a las llamas. Voy a explicarlo de modo que se entienda. Si yo quiero alcanzar un objetivo, mis actos deben encaminarse a la consecución del mismo, y, de igual modo, se supone que trato de evitar todo lo que pueda perjudicar a mi fin último. Sin embargo, todos los días vemos lo contrario, gente que dice defender una cosa pero que actúa de manera que perjudica notablemente lo que dice defender.

Mucha filosofía le estoy echando. En realidad, lo que quiero decir es que todos los que abominan contra Vox no parece que quieran luchar contra Vox, sino salir en la foto de los que luchan contra Vox. No soy el primero en decirlo, ni mucho menos, pero solo la estupidez de parte de la izquierda (por si alguien no lo pilla, me refiero a Podemos) es responsable de la aparición de la ultraderecha. No echemos la culpa ahora al PP o a Ciudadanos, o incluso al PSOE de lo que no es sino fruto del vientre del despropósito de izquierdas. Durante la mayor parte de su existencia, Podemos ha tenido como lema - supongo - "ni un día sin un disparate", y lo han cumplido tan bien que la mayor parte de los días no ha sido uno, sino muchos más.

Ahora lo peor es asistir a esa diaria llantina, a la constante jeremiada del miedo a la ultraderecha, a la que se enfrentan sin un argumento, solo descalificándola. Yo creía que para ser mejor que Vox había que demostrar que se era mejor que Vox. Esta semana, nuestra paisana lideratriz de la formación morada en Andalucía, Teresa Rodríguez, ha lanzado una andanada de las que hacen época. Ha acusado a Vox de "cómplice de los asesinatos de mujeres", y además lo ha hecho con expresión hosca y verbo iracundo. ¿Argumentos? Ninguno. Uno creía que para ridiculizar a los ridículos el camino era mostrar sus ridiculeces, pero no, se sacan los tanques y se eleva la tensión verbal, en un país que, por cierto, si de algo anda sobrado es de eso, de tensión.

Como no nos creemos que los de Podemos sean tan torpes - incluso ellos tienen que darse cuenta de que lo que hacen es perjudicial para lo que dicen defender - hemos de pensar que o bien saben que la están fastidiando o bien saben que la están fastidiando. Y que si persisten es porque se la pela, que lo que les importa es salir en la foto y sus minutitos de gloria, sobre todo ahora que les va quedando poca. ¡Y pensar que Podemos fue saludado en su día como referente de la regeneración política!

En fin, no sé si lo saben ustedes pero las próximas elecciones europeas o generales las va a ganar la derecha. Ignoro lo que dicen las encuestas, pero me da igual, porque va a ser una victoria rotunda y clara. Es lo que tiene pensar con las vísceras y echársela a ver quien escupe más lejos. A veces pienso que el problema no es Vox, el problema es que Vox sea un problema.