Mirando con la perspectiva que te da el paso del tiempo no se puede dejar de considerar que las movilizaciones que han tomado el máximo protagonismo en este 2018 ya consumido han correspondido al movimiento feminista y al colectivo de pensionistas.

Ambos movimientos, se han caracterizado por su transversalidad y por su independencia de los partidos políticos. Aquí se ha visto como quienes entendieron que el protagonismo correspondía a los colectivos interesados, han sabido ponerse a su lado, a su servicio, y han mostrado su completa disposición a serles de utilidad, sin mayores pretensiones que cumplir con lo que es su obligación, ser meros transmisores de sus reivindicaciones y defenderlas con todo su empeño ante las instancias correspondientes; otros, en cambio,...

Por edad y condición me ha resultado más cercana la lucha pensionista y es para mí un orgullo poder afirmar que después de muchos meses este colectivo sigue al frente, lunes tras lunes, en sus concentraciones. Una tras otra las citas se repiten manteniendo nuestra visibilidad y dejando muy claro que la lucha continuará hasta que se consigan los objetivos.

En este tiempo varios y significativos han sido los vaivenes en la política, tanto nacional como andaluza, y si bien la disposición al diálogo de unos y otros puede que haya sido muy distinta, el colectivo pensionista sigue luchando con el mismo tesón y la misma ilusión que al principio: "Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden".

El movimiento pensionista sigue con las ideas muy claras desde el primer día. No nos vamos a conformar con la subida del IPC, ha de asegurarse mediante el blindaje de las pensiones en la Constitución el derecho que se ha ganado en muchos años de trabajo, quienes tuvimos el privilegio de que un trabajo estaba al alcance de la mayoría, hecho que hoy nos resulta sorprendente, y que no olvida a otros colectivos con menos recursos, como quienes reciben pensiones de viudedad, de enfermedad, no contributivas, etc; que reclama la recuperación de lo perdido a lo largo de los años de la crisis y la reversión de los recortes, como la eliminación de las leyes regresivas que dieron al traste con las conquistas del estado del bienestar, la exigencia de que funcione la ley de dependencia y otras cuestiones de parecida importancia.

"Hoy por mí, mañana por ti", repetimos a menudo demostrando que esta lucha no es cortoplacista y que tiene las miras puestas en las pensiones del futuro, que peligran mucho más que las nuestras.

Así que, "Cueste lo que cueste", seguiremos en la pelea porque al final vamos a ganar y los beneficios serán para todos y para todas. Los pensionistas estamos orgullosos de nuestro colectivo y más aún de quienes asumen el papel de representarnos, de gestionar las iniciativas, de preocuparse por coordinarse con otras plataformas, de dejar muchas horas de su tiempo por el movimiento. Para estas personas el máximo agradecimiento y el público reconocimiento a su labor.

Manuel García Mata