Nadie pone en duda que Jerez es la cuna del flamenco. Allí mecieron con cante a los grandes cantaores y cantaoras que en esta tierra nacieron y por eso, Jesús Méndez lo hace tan bien y tan bonito. Jesús, de la casa de los Méndez, llegó la noche del pasado viernes a la Tertulia Flamenca “Viejo Agujetas” de Rota  acompañado a la sonanta de su paisano y gran tocaor Manuel Valencia, cuyo instructor fue, nada más y nada menos, su tío y gran cantaor, Fernando Terremoto.

Manuel Valencia que  dejó hacer a Jesús en su primera y gran  intervención donde solamente se escuchaba su voz, amen de algún que otro ole en su debido tiempo, hizo unos cantes muy difíciles y primitivos como son la debla, romance y pregones. Luego siguió por malagueñas  del Mellizo y Chacón  (así me recordaron, aunque también pudo ser de Manuel Torre), cantiñas. También, gustó mucho el palo que se cantaba en el barrio deTriana y que hacía el jerezano Rafael Moreno: la soleá apolá, y para cerrar esta primera parte, hizo la zambra.

Jesús Méndez empezó la segunda parte por taranto y taranta para luego hacer seguiriyas, fandangos y, como no, bulerías recordando a su tía y la mejor cantaora que ha tenido esta tierra  de vino y caballos, Francisca Méndez Garrido “La Paquera de Jerez”. A petición del público y cerrando esta gran noche flamenca, hizo muy bien la zambra que cantara en el programa de televisión de Jesús Quintero "El sol,  la sal y el son" que emitió Canal Sur TV.

Tanto a Jesús Méndez como a Manuel Valencia les deseo desde estas líneas toda la suerte en este mundo del arte flamenco. Con su buen hacer consiguieron sacar buenos comentarios de los que esta noche tuvieron la ocasión de presenciar todo un recital de cante flamenco con un buen acompañamiento de guitarra gracias a la labor desinteresada de los miembros de la junta directiva de esta tertulia flamenca,.

Antes del recital, el presentador y relaciones públicas del "Viejo Agujetas", Bernardo Cala, pidió un minuto de silencio por las víctimas del brutal atentado terrorista ocurrido el 11 de marzo de 2004 en Madrid y por las víctimas del reciente terremoto de Japón. Petición que fue correspondida con el debido respeto y silencio del público que una noche más llenó la sede de la tertulia roteña.