Balsa Cirrito
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LIBERTAD
Esta semana voy a ser breve de verdad. Solo una idea. A menudo (incluso muy a menudo) he atizado desde esta página al feminismo radical y folklórico que propone o propaga absurdos. En realidad, me gustaría saber a quiénes representan estas feministas extremas, ya que la práctica totalidad de las mujeres con las que hablo rechazan su estilo y sus propuestas; sin embargo, por razones que no desconozco, este sector se ha hecho con el manejo del cotarro, y va otorgando certificados de machista o antifeminista a quien bien le parezca.
Pero también hay feministas de verdad, pata negra, cordon bleu, king size. Tenía yo una antología de la poesía romántica de Clásicos castellanos. No se trataba de una antología especial por ningún motivo, pero había un poema de la escritora Carolina Coronado que no conocía y que me llamó mucho la atención. El libro se lo dejé a alguien (sospecho que a mi hija, pero no estoy seguro del todo) y desapareció. Lo busqué por todos los lugares de mi casa (que no es tan fácil como parece, porque tengo libros apilados en muchos lugares, casi siempre en desorden) y no lo encontré. Quería releer aquel poema, pero solo recordaba el asunto, y ni siquiera estaba seguro de quién era su autora, por lo que no pude tratar de localizarlo por internet. Por fortuna, recientemente topé con él en la plataforma Iber Libro (una maravilla) y lo compré, aunque por una serie de tontas circunstancias, no me ha llegado hasta seis meses después de adquirirlo. Al fin pude volver a leer el texto. Y lo voy a reproducir por dos motivos.
El primero es para dedicárselo a todos aquellos que creen que la historia de España está compuesta solo de personajes ultraconservadores y rancios, de fernandos séptimos y de torquemadas, y que cada vez que quieren encontrar luces las buscan en el extranjero, pensando que aquí solo hemos tenido barrigas llenas de ajos y de chorizos. Dudo mucho que en la época que Carolina Coronado escribió este texto, 1868, se hubiera escrito en Europa algo tan luminoso para la causa feminista (por cierto, y ya que estamos en el asunto, la prácticamente contemporánea de Carolina Coronado, Gertrudis Gómez de Avellaneda, publicó la primera novela abolicionista contra la esclavitud, Sab, que se adelanta sus buenos veinte años a la universalmente famosa - y mucho peor novela - La cabaña del tío Tom de la estadounidense Beecher Stowe).
La segunda razón es que se trata de un feminismo que busca objetivos reales, y no embiste por norma contra molinos de viento.
Vamos con el poema. Lo sitúo. En España se acaba de producir la Revolución de 1868, que destronó a Isabel II. Muchos andan exultantes con la recién conquistada situación, pero Carolina Coronado frena los ímpetus: en su opinión, las mujeres siguen igual de aperreadas. No es un poema de una calidad literaria excelsa, pero se hace difícil leerlo sin experimentar emoción:
LIBERTAD
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.
Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.
Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;
Mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.
¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?
¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?
¡Libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?
¡Libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;
Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.
Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.
Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!












Rebelderota | Sábado, 17 de Noviembre de 2018 a las 09:44:38 horas
Nuevamente el cambianick suelta inmundicias por sus comentarios achacando con sus mentiras la frase que habia que acabar con Calvo Sotelo hecha por la Pasionaria a otro . Encima como siempre tilda de fascista a una mujeres falangistas que lucharon por los derechos dela mujer durante el franquismo y que estos personajillos que se dicen de izquierdas pretenden ocultar esa lucha porque solo ellos tienen la verdad. Si la verdad para luego meterte en una dictadura estilo cuba o venezuela .
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