Que conste que no soy partidaria de leyes prohibitivas o restrictivas, ni tampoco de multas; sino de educación, respeto y cuidado de los espacios públicos al igual que lo hacemos con los privados, "porque no es más limpia, la persona que más limpia, sino la que menos ensucia".

Y aclarado esto, acompaño unas fotos de cómo están las esquinas, bases de columnas, farolas, etc. de Rota, debido a los orines de animales y personas. Según tengo entendido, se debe llevar una botella con agua y detergente para echar sobre los orines, yo solo he visto llevar la botella y utilizarla sobre los mismos a Severiano (el director del instituto) y además desde hace bastante tiempo.

De excrementos, colillas, chicles (para mi los más dañinos, porque se pegan al suelo y es difícil quitar), cáscaras de pipas, envoltorios y bolsas de todo tipo, botellas, latas, etc., mejor no hablamos.

Toda esta dejadez y suciedad no se debe ni a los gobernantes actuales, pasados o futuros, ni a las personas encargadas de la limpieza; se debe a la ciudadanía (vecin@s del pueblo y también turistas) que no cuidan o respetan lo público.

Yo me pregunto: ¿si nuestras casas las enseñamos con orgullo a las personas que nos visitan, no sentimos vergüenza de enseñar, un pueblo sucio y mal cuidado a turistas y vecinos que vienen a vernos o que viven aquí?
Yo creo que la convivencia no es difícil, y con un poco de buena voluntad por parte de gobernantes, vecinos y turistas, podemos conseguir una Rota mejor.

Lola Fernández Trenado