Antonio Franco
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LOS REYES DE LA BARAJA
Tras la derrota de las tropas napoleónicas, regresó a España el Borbón Fernando VII , “el deseado”, como le denominaron nuestros antepasados del siglo XIX. Nada más llegar derogó la Constitución de 1812, "La Pepa", persiguió a los liberales constitucionalistas e impuso el absolutismo. En la baraja de cartas españolas, podría ser considerado como “un rey de bastos”.
Todos conocemos los palos de la baraja de cartas españolas. Para los que lo ignoran les diré que existen cuatro: bastos, espadas, oros y copas. El naipe que corresponde a la figura del rey es el más alto de la baraja. Su valor depende de cada juego. No voy a entrar en ello.
Desde la llegada a España de la Casa de Borbón, en 1700, sus titulares siempre han sido “reyes de oros” en la baraja de nuestra Historia. Hasta cuando se interrumpió la línea dinástica durante la Segunda República y el periodo de la dictadura franquista siguieron siendo “de oros”, en el exilio. Al menos no se les conoce empleo alguno con los que costearse su tren de vida. Bueno, ni a estos ni a ningún miembro de alguna casa real europea donde en sus países se impuso finalmente la república como forma de gobierno.
Lo de ser “rey de copas”, se queda en el plano privado, no público. Mientras que los efluvios etílicos no influyan en las decisiones, no hay por qué inmiscuirse. Pero “reyes de copas” haberlos haylos.
No existe en nuestra baraja “el rey de corazones”, pero, a juzgar por la Historia, a muchos de los Borbones bien se les podría asignar esta carta aunque forme parte de uno de los palos de la baraja francesa. No en vano la Casa de Borbón es de origen francés.
Volviendo al “rey de oros”, ha sorprendido las declaraciones de Corinna Zu Sayn-Wittgenstein que han salido a la luz sobre el Rey Emérito Juan Carlos I, donde ha expresado que fue utilizada por “su majestad” como testaferro. Ha asegurado la empresaria alemana que el Rey Emérito, Juan Carlos I, “tiene cuentas en Suiza y que creaba estructuras opacas a través del abogado Dante Canónica”. Veremos a ver en qué acaba todo este asunto.
En esta singular baraja hemos nombrado al rey de bastos, al de oros y al de copas. Faltaría mencionar algo sobre el “rey de espadas”.
La Justicia, así con mayúsculas, en su representación alegórica es una figura de mujer con los ojos vendados que porta en una mano una báscula y en la otra una espada. Lo de la venda en los ojos viene a significar que la Justicia debería ser impuesta de forma objetiva, sin miedo, ni favoritismos. Esto es, la Justicia ciega es imparcial. La balanza viene a indicar un resultado exacto, cierto y equilibrado de la aplicación de la Ley. La espada que porta la alegoría está asida por la mano derecha. Significa la fuerza inflexible de la Ley. El novelista francés Víctor Hugo manifestó que “una alegoría de la Justicia portando una balanza en una mano y en la otra una espada es más bien una representación de la Injusticia”. Y es que la espada venía a significar el símbolo de la fuerza de los monarcas. Y ya se sabe que los reyes han sido y son inviolables.
Ea, pues ya tenemos los cuatro palos de la baraja de cartas.
Salud.












Kalimocho Cargadisimo | Jueves, 26 de Julio de 2018 a las 22:34:27 horas
"El que anda repitiendo las frases de un personaje de historietas, de forma reiterada y cansina, en todos los articulos, con el unico afán de provocar, no siempre consigue su objetivo, provoca porque no tiene otros argumentos que la zafia provocación y el insulto facil". Por eso la imagen que reflejan en el espejo nunca les contesta sus despropositos.
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