QUEMANDO MARIPOSAS: HACIA LA IGUALDAD SEXUAL

(Continuación) Resulta curioso pero por más que he buscado, no he logrado encontrar una sola cultura que mostrara hacia la homosexualidad femenina, tan espantosas condenas y penas como las señaladas para la homosexualidad masculina. Qué digo, ni igual ni ninguna.

De hecho en la Biblia no se llega a mencionar siquiera el lesbianismo, busquen si no me creen, como tampoco lo hacen otras culturas como la grecorromana, egipcia, sumeria, etcétera, no, nada de nada. Es como si el lesbianismo no hubiera existido nunca, como si no tuviera historia pero claro, este asunto es como las meigas, que existir no existirán, pero "haberlas haylas".

Prueba de ello es que un siglo después del sucedido holandés de la semana pasada, Inglaterra, un país humano y educado donde los haya -baste decir que no quemaba a sus gais, sino que los ahorcaba directamente- decidió modificar su legislación anti homosexual. Pero ojo no se equivoquen ni se formen una buena impresión al respecto de los hijos de la ‘pérfida Albión’, modificaron la legislación no porque consideraran que era injusta en su fondo, válgame Dios no, sino porque pensaban que lo era en su agraviante forma.

De ahí que W. E. Gladstone, Primer Ministro de Su Graciosa Majestad la Reina Victoria, en la segunda mitad del siglo XIX, propusiera un proyecto de ley de igualdad homosexual. En su opinión no era justo que se ahorcara a los hombres y no se hiciera lo mismo con las mujeres, lo suyo debía ser que tanto lesbianas como maricones fueran al mismo cadalso. O lo que es lo mismo, a igualdad de delito semejanza de pena, lo que bien pensado y sólo desde ese punto de vista, no está mal. Ante todo debe imperar una justicia igualitaria.

Sin duda, y en teoría, estamos ante todo un gesto contra la discriminación sexual en pleno siglo XIX, que desgraciada o afortunadamente depende como se mire, en la práctica no llegó a buen puerto. No llegó porque, según cuentan, estando ya preparado el proyecto, al primer ministro le entró una duda cognitiva. Se paró a pensar, no sin razón, que la reina sabría lo que era un maricón, pero que era muy poco probable que supiera lo que era una lesbiana y ahí estaba lo mollar ¿Quién se lo explicaría si lo preguntaba? Él por supuesto que no, ¿entonces?

Pues lo que está pensando, la duda cognitiva hizo que le temblara el pulso político y se cambió de dirección igualitaria. Cogió el proyecto, tachó lo referente al sexo femenino y mandó que se escribiera en su versión reducida. Fue el primer intento de igualdad sexual ante la ley, uno fallido cierto es, si bien en 1861 la ley que castigaba la sodomía fue abolida. Algo es algo y más que nada.

No olvidemos que este país cuenta entre otros con el caso del poeta inglés Lord Byron, acusado de sodomía y que se vio obligado a abandonar Inglaterra en 1816 para nunca más volver. O el del escritor irlandés Oscar Wilde, acusado, encarcelado dos años, obligado a realizar trabajos forzosos y que murió como un indigente en París. O ya en el siglo XX, el del científico Alan Turing, acusado de homosexualidad, condenado en 1952 a dos años de cárcel y, supuestamente, suicidado dos años después manzana incluida. En fin.

Las leyes contra la sodomía se mantuvieron en Europa, en general en las naciones occidentales, con suerte desigual hasta los siglos XIX y XX. Por ejemplo en Francia fueron anuladas durante la Revolución francesa, en Alemania no lo hicieron hasta 1994 y en España, bueno mejor se lo cuento en mi siguiente opinión. "Spain is different!".

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FUENTE: Enroque de ciencia