Antonio Franco
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EDUARDO GALEANO Y EL FÚTBOL
El fútbol tiene mucho, o es en sí, un fenómeno social por el grado de religiosidad que conlleva para un alto número de personas.
El escritor uruguayo Eduardo Galeano publicó en 1995 un libro dedicado al fútbol. Se pregunta “¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que de él tienen muchos intelectuales.
Resulta cada vez más frecuente ver, por ejemplo, en el lugar de fallecimiento por accidente de cualquier persona, unas flores junto al escudo del equipo de fútbol del que fue seguidor el finado en cuestión.
Realmente este deporte se hizo popular desde sus comienzos. Galeano lo expresa así: “cuando el fútbol dejó de ser cosas de ingleses y de ricos, en el Río de la Plata nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos”. Pero el juego ha evolucionado de manera irreversible. “La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo (el libro se escribió en 1995), el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable”. Y continúa: “el juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, Fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue”.
Para muchos gobiernos dictatoriales, el fútbol ha sido utilizado para “unir” los sentimientos patrios en torno al dictador de turno. “También para los nazis, el fútbol era una cuestión de Estado. Un monumento recuerda, en Ucrania, a los jugadores del Dinamo de Kiev de 1942. En plena ocupación alemana, ellos cometieron la locura de derrotar a una selección de Hitler en el estadio local. Le habían advertido: -Si ganan mueren. Entraron resignados a perder, temblando de miedo y de hambre, pero no pudieron aguantarse las ganas de ser dignos. Los once fueron fusilados con las camisetas puestas, en lo alto de un barranco, cuando terminó el partido”.
En otros momentos, el fútbol se ha utilizado para la promoción allende de las fronteras de los países. El libro de Galeano, “El fútbol a sol y a sombra”, recoge un episodio que era desconocido por mí antes de su lectura. “Durante la guerra de España, dos equipos peregrinos fueron símbolos de la resistencia democrática. Mientras el general Franco, del brazo de Hitler y Mussolini, bombardeaba a la república española, una selección vasca recorre Europa y el club Barcelona disputaba partidos en Estados Unidos y en México. El gobierno vasco envió al equipo Euzkadi a Francia y a otros países con la misión de hacer propaganda y recaudar fondos para la defensa. Simultáneamente, el club Barcelona se embarcaba hacia América. Corría el año1937, y ya el presidente del club Barcelona haba caído bajo las balas franquistas. Ambos equipos encarnaron, en los campos de fútbol y también fuera de ellos, a la democracia”.
Para el escritor “el gol es el orgasmo del fútbol. Como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna". Porque, como continúa redactando, “antes existía el entrenador y nadie les prestaba mayor atención. El entrenador murió calladito la boca, cuando el juego dejó de ser juego y el fútbol profesional necesitó una tecnocracia de orden. Entonces nació el Director Técnico con la misión de evitar la improvisación, controlar la libertad y elevar al máximo el rendimiento de los jugadores, obligados a convertirse en disciplinados atletas. El entrenador decía: Vamos a jugar. El técnico dice: Vamos a trabajar”.
Sea como sea, ojalá disfrutemos con “la roja” en este Mundial.
Salud.












El sabio de Hortaleza | Jueves, 28 de Junio de 2018 a las 22:13:34 horas
Veo a algunos comentaristas muy perdidos, sobre todo el que se denomina "Ronaldopelota", este hombre demuestra una ignorancia supina del deporte nacional y en especial del balompié, sino sabría que la seleccion española se denomina "La Roja" por la casaca de ese color, por cierto nomenclatura que propuso don Luis Aragonés en 2004, para identificarla, como se hace con la "canarinha" Brasil, la "azurra" Italia o la "albiceleste" Argentina, y para lograr una comunión con la afición. Curiosamente las criticas a esta denominación han venido desde sectores politicos de extrema derecha, a los que parece que les escandaliza que se pueda llamar asi a una de las enseñas de la patria, dada la estrechez de sus miras y su escasas neuronas a la hora de conectar nombre con colores de camisetas, como puede hacer cualquier niño de 5 años. Claro que un niño de 5 años posiblemente reuniria más neuronas que una manada de gente de extrema derecha.
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