Desde el pasado mes de mayo, han sido ya muchos los grupos de alumnos de distintos centros escolares que han pasado una mañana en el Centro de Recuperación de la Mayetería. Este tipo de visitas, incluidas en la Oferta Educativa Municipal que desarrolla la delegación de Promoción Turística, acerca a los más jóvenes las distintas instalaciones y atractivos de este centro que ofrece una interesante recreación del mundo de la mayetería.

La delegada municipal de Promoción Turística, Yolanda Morales, ha destacado la importancia de que los niños  conozcan sus orígenes, subrayando no sólo el carácter educativo y medioambiental que tiene este centro, sino también el valor turístico que supone.

Morales ha recordado la importante puesta a punto que se ha realizado en este centro para que la Mayetería esté en perfectas condiciones de cara a las numerosas visitas de escolares que se desarrollarán hasta el 21 de junio, así como para el resto de visitas que continuarán en los próximos días.

Esta propuesta se cuenta entre las que mayor aumento de demanda ha registrado en este curso por parte de los centros. Tanto es así, que desde mayo y hasta el 21 de junio, cerca de medio millar de alumnos de los colegios Maestro Eduardo Lobillo, Salesianas, Luis Ponce de León, Pozo Nuevo y San José de  Calasanz, así como de los centros de educación infantil Peter Pan, "Blanca Nieves, Madre de Dios, Los Príncipes, Mi casita y Picobarro, disfrutarán de estas visitas guiadas por la Mayetería.

A través de esta visita guiada, que se adapta a las edades de los participantes, los alumnos conocen directamente la granja de animales donde les enseñan los trabajos que se realizan habitualmente; para continuar visitando el huerto donde pueden ver todo tipo de cultivos que plantaban los antiguos mayetos (calabazas, lechugas, cebollinos, tomates, pimientos, coles, habas, etc.), así como la forma en la que se cultiva cada planta, o cómo se deben orientar.

La visita también ofrece a los alumnos la posibilidad de ver la choza de la vivienda del mayeto, y los aperos con los que trabajaban los agricultores roteños.