EL DÍA QUE MUERA LA MÚSICA


  
 

Muchas son las compañías discográficas que vaticinan el final de la música. Que la música se va a acabar, que la música corre grave peligro, que la música está herida de muerte.

La música no está en decadencia, lo que está en decadencia es el filón de los precios de distribución abusivos que tantos beneficios han generado durante los últimos treinta años.
Es de tal envergadura el control que estas compañías ejercen sobre los contenidos musicales en los medios de comunicación y tan hermética su infraestructura que apenas tienen difusión mediática más que los músicos que tienen bajo sueldo.

Pero ésto está empezando a cambiar e Internet es en parte el gran responsable.

Actualmente son muchos los grupos que se promocionan a través de la web. Ésta es caldo de cultivo para la libre promoción de la cultura además del escaparate perfecto para los músicos.
Solistas, intérpretes, ejecutantes y compositores, ven en la red una vía de difusión libre de censuras. Censuras que de otro modo vendrían de la mano de productores que retocan la composición del autor arrebatándole todo atisbo de identidad propia, con el fin de convertirlo en un producto comercial y accesible a todo tipo de público. Un producto que no desagrade a nadie.

En mi opinión, la música como el queso, ha de tener carácter. El roquefort, o lo odias hasta el punto de no querer ni olerlo o lo adoras. Porque le dice algo claro y directo a tus papilas gustativas, no pasa por la boca como si nada.

La gente que amamos la música sabemos que el oído, como el sentido del gusto, ha de ser educado. Si lo educamos seremos bendecidos con sensaciones tan diversas como sabores puede distinguir nuestra boca. Por eso, desde aquí os invito a que exploréis mas allá de las insípidas emisoras de radio. Internet está repleto de grupos que distribuye su música gratuitamente. Personas que de forma altruista han preparado un festín para vuestros oídos.

La decadente industria que premoniciona el final de la música ha pasado tanto tiempo filtrando sus intereses en radio y televisión que viéndose ahora herida de muerte ha llegado a creer que es la Música en sí misma. Creen ser la miel cuando sólo son la mera vasija que la contiene.

Antes de que existieran Universal, Sony Music o Virgin ya había músicos y después de que estas empresas desaparezcan los seguirá habiendo. Mientras un niño toque el tambor con dos palos y una lata, la música no se extinguirá pues ésta forma parte de la naturaleza misma y quien diga lo contrario que se lo diga a los pájaros.