Jesús Peña pregonó su fe rociera en una noche llena de profundos sentimientos
La noche del pasado sábado fue especial para los rocieros pero sobre todo, para un joven roteño, Jesús Peña Martín-Niño, que actuó de pregonero en unos días en los que la Hermandad del Rocío va perfilando detalles para su peregrinación y reencuentro con la Blanca Paloma. Fue una noche especial, mucho público en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y muchos sentimientos.
La fe que profesa Jesús Peña a su virgen del Rocío quedó más que patente en sus palabras que aunque bien preparadas desde hacía algunos meses, cuando recibió la noticia de que sería el XL pregonero rociero, en la noche del sábado salían fluidas del corazón. Un corazón que desde 1995 pertenece a la Blanca Paloma aunque desde hace unos tres años, comparte con la virgen mejicana de Guadalupe a la que se aferró cuando por motivos laborales emigró.
El pregonero, que estuvo presentado por su buen amigo Juan Antonio Liaño con quien ha vivido muchos momentos de fe, estuvo arropado por su familia y por amigos, muchos amigos, algunos incluso venidos desde fuera para vivir con él esta noche que lo tenía entre emocionado y nervioso. Representantes de hermandades del Rocío de la provincia con quienes tiene excelentes relaciones estuvieron también en una noche especial y Jesús Peña no los olvidó, de hecho, los tuvo presente en su pregón nombrando a esos buenos amigos de La Línea, El Puerto, Chipiona, Sanlúcar, Chiclana, Cádiz o Jerez con quienes entre camino y camino al Rocío ha convivido experiencias inolvidables. Jesús fue generoso, y mientras contaba sus sentimientos rocieros, fue nombrando a muchos de esos hermanos que en su vida le han ayudado a reforzar su fe y amor por la virgen. Él no viene de cuna rociera, pero no le ha hecho falta para ir adquiriendo los valores y el amor que entiende que un rociero debe tener. Por eso, valiente, se atrevió a hacer crítica a aquellos rocieros que sólo lo son de fachada, de vara y medalla, y no de corazón. El pregonero pidió perdón por si sus palabras molestaban, pero quiso que los presentes reflexionaran para que la figura del rociero no se siga denostando como ocurre en algunos círculos de la sociedad por la imagen pública que a veces se da.
Al margen de ese apunte, el pregonero nombró a muchas familias rocieras roteñas, tuvo recuerdos para hermanos que ya no están aquí y se acordó de otros tantos que, sobre todo en sus años en Méjico, le hacían llegar el soniquete de los piteros tocando al alba. Fue allí, en tierras mejicanas donde buscando refugio para su fe se topó con la virgen guadalupiana a la que tuvo presente en la noche de su pregón y a la que hizo un hueco en su corazón para siempre. Esa fe le llevó a conseguir que entre la virgen del Rocío y la de Guadalupe haya un lazo de unión a través de una medalla que el propio pregonero tuvo el honor de intercambiar para ambas. Ellas, junto a su madre Isabel, decía, son sus tres madres. La que lo parió, la que lo adoptó y a la que le reza.
El XL Pregón Rociero tuvo música gracias a la colaboración del grupo Malandar, de su amigo Manolo Liaño, a Carlitos de la Línea, al coro antiguo de la Hermandad del Rocío y a los piteros de Rota y La Línea. Todos crearon un ambiente especial para un pregonero que expresó amor por la virgen y recibió mucho cariño.
El sábado por la noche, frente a la virgen a la luz de las velas, como a él le gusta, Jesús Peña desnudó su alma y reconoció haber echado en falta a su virgen a la que demostró su fe infinita y con la que en breve se reencontrará en un nuevo Rocío.



































Roteño | Lunes, 07 de Mayo de 2018 a las 23:01:08 horas
MEMORABLE
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