Quantcast
2
Sábado, 05 de Mayo de 2018

Carlos Roque Sánchez

[Img #91503]

 

 

 

 

ENTRE ROTONDAS

 

 

 

 


Hace un par de fines de semana, y mientras comíamos en el paseo marítimo envueltos por la luz y la brisa de la playa roteña, surgió en la conversación de sobremesa el tema de la vuelta a casa, ya saben generalidades del tipo ¿a qué hora salís?, ¿por dónde tiráis?, ¿cuánto tardáis? Y cosas así. Vaya por delante que de la mayoría de personas que conozco y conducen, pienso y me consta que son unos buenos conductores, vamos conductores normales, prudentes, cuidadosos y con pocos accidentes a lo largo de bastantes años de conducción, muchos de ellos. Sin embargo, siempre hay un pero en cualquier cesta de la vida, esto no quita para que en el conjunto nacional de conductores haya un grupo relativamente importante en el que este hecho no se dé, quiero decir que no sean tan buenos al volante y esto por diversas causas. Bien por llevar exceso de velocidad, conducir bebidos o drogados, adelantar cuando no deben o, de esto es de lo que les escribo hoy, por no tener muy claro qué hacer en una determinada situación vial. En concreto cómo conducir en una rotonda o glorieta.


Les supongo al tanto de las mismas. Me refiero a esos espacios más o menos circulares con una isleta central en la que confluyen varios viales, y que de un tiempo a esta parte nos han invadido en principio para nuestro bien. Es lo que se dice un buen invento cargado de buenas intenciones para el tráfico, claro que de buenas intenciones el infierno está empedrado. Pensadas para distribuir el tráfico en las intersecciones y con gran variedad de diseños –que me conste las hay normales, mini rotondas, rotondas dobles, turbo rotondas, unas que viene pegando muy fuerte y, por supuesto, las numerosas variantes de estos tipos como la rotonda con semáforos, la intersección anular o la glorieta a distinto nivel-, con ellas les decía, se trata de evitar no sólo las enojosas esperas en los semáforos o preferencias de pasos, sino posibles y peligrosos choques o accidentes. Unos objetivos de lo más deseables que por desgracia no siempre se alcanzan, unas veces por las características de la propia rotonda (tamaño, ubicación, diseño) y otras porque los conductores no siempre respetan las normas de circulación de estas construcciones viales.


Unas rotondas que han pasado a ser un más que abundante elemento articulador, se habla de miles en todo el país, de lo que se conoce como territorio y vías de comunicación, con la exclusiva misión de mejorar el tráfico y velar por nuestra seguridad. Y por lo que se ve han venido con la intención de quedarse, eso parece estar claro. Lo que no lo está tanto es si, a pesar del tiempo transcurrido desde su implantación, sabemos circular de forma correcta por ellas. Una cuestión ésta, retórica donde las haya porque al parecer no lo hacemos. Se trata de una incapacidad que es fruto de la falta de pericia o responsabilidad de los conductores y/o de la ignorancia o desconocimiento de las normas de circulación en ellas. Y eso que la teoría es bien simple: tiene prioridad el que ya está en la rotonda, y debe ceder el paso el que va a entrar en ella. Sencillo ¿verdad?, pues no, en la práctica resulta que va a ser que no. Como dijo el enigmático humanista francés Rabelais: “La teoría no me sirve; la práctica sólo un poco”.


Lo que se traduce en el hecho de que a veces, algunas rotondas sean un caos. Es lo que suele ocurrir cuando nos topamos con uno de los que piensan que siempre tienen la prioridad, y no les importa si están ya en ella o van a estarlo, total qué más da si tienen la preferencia. Son de ese tipo de personas que con un volante en las manos van cómo quieren y por dónde quieren y no saben ni entienden otra cosa. Qué le vamos a hacer, los estultos son así. Claro que también ocurre con aquellos que conducen con miedo, seguro que han coincidido con alguno, y tanto temor tienen que no se atreven a utilizar su derecho al paso. Son otros que no saben, otra clase de ignorancia, y dejan pasar a quienes deben esperar, con las consecuencias que ya conocen. Atasco peligroso en la rotonda. Y si por esto no fuera bastante, a esta ceremonia de la confusión vial algunos ayuntamientos también asisten con alguna que otra ocurrencia como, por citar una, la de volver a poner los semáforos que quitaron al sustituirlos por la rotonda. Típica y tópica contradicción municipal, con el consiguiente colapso rotondero, esta vez, vía decreto. Sin duda la institucional es otra clase de beocia.


Por cierto, ¿cómo circula usted por las rotondas, bien o mal? ¿Las ve como un invento benéfico o como una ocurrencia demoníaca? Por último, sepan que al saber que iba a escribir esta mi ‘Opinión’, uno de los comensales me insinuó este título: “Rotondas, esas trampas desconocidas”. Como ven no le he hecho caso, al fin y al cabo es un servidor quien da la cara.

 


CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia

 

Comentarios (2) Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.10

  • Justino

    Justino "Tomasito" | Viernes, 11 de Mayo de 2018 a las 11:44:50 horas

    Particularmente complementaría el título como: "Entre Rotondas anda el juego",peligroso, por cierto.Por supuesto tiene usted toda la razón, "dar la cara" es primordial hasta para poner un título a un artículo de opinión,no como nosotros que "nos escondemos" bajo un "alias" imitando a ciertos plumillas o a ciertos cobardicas.

    Accede para responder

  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Jueves, 10 de Mayo de 2018 a las 10:11:21 horas

    Interesante artículo. Infortunadamente no hay mucha gente a las que le hayan entrado en la mollera las simples normas para conducir en rotondas.
    Por cierto, en rotondas o en calles ojo avizor con un Seat Ibiza negro; su conductor es un terrorista del volante.

    Accede para responder

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.