Miércoles Santo de recogimiento, respeto y sobriedad. Así se vivió anoche la salida en procesión de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Caridad que completaron su estación de penitencia según lo previsto.

Buenas temperaturas en la calle, más público al ser hoy jueves festivo, y ganas de ver procesiones en la calle se unieron junto al buen hacer de esta hermandad, la segunda más joven que procesiona en la Semana Santa de Rota.

A las 20.30 horas, con una plaza de Andalucía llena de público, se producía la estampa de cada año. El diputado mayor de gobierno daba tres golpes a la puerta de la capilla de la Caridad, entregaba un pergamino al fiscal de Cruz de Guía, y comenzaba así la estación de penitencia con la salida de los primeros nazarenos en la calle. 

Vestidos con túnica negra, iban avanzando por las calles del casco histórico que estaban repletas de público mientras la cuadrilla de costaleros que dirigía el veterano Joaquín Bandarra Martínez, mostrada su pericia para salvar la estrechez de la puerta de entrada de la ermita. Un trabajo que el público aplaudió como lo hizo posteriormente con el paso de palio donde procesiona María Santísima de la Caridad con San Juan y que dirigió por segundo año, el cofrade Manuel Jesús Pizones Córdoba. Ambos pasos estuvieron escoltados por policías nacionales miembros de la Asociación Santo Ángel de Rota (ASACRO) que se ofrece a las hermandades para custodiar los pasos y dar mayor prestancia al cortejo.

Esta hermandad, a la que acompañaba ayer por segundo año también la banda municipal de música "Maestro Enrique Galán" con capilla musical en el cristo y con la agrupación completa a la virgen, procesionó sobria y solemne. Un cortejo ordenado sólo roto en algunas ocasiones por la pavera que precede al paso donde los niños de corta edad dejan estampas entrañables y que son sin duda, en el futuro, la savia nueva de esta cofradía.

El Miércoles Santo es en Rota jornada de luto y recogimiento y así quedó demostrado una vez más con La Salud en la calle y las machas fúnebres rompiendo el silencio propio de la estación de penitencia. Un ambiente que quedó aún más presente en su recogida cuando los titulares pasaron por calle Castelar por primera vez, y luego por Rosario buscando su capilla, sólo alumbrados por los cirios de los hermanos, ya que es tradición apagar las luces del alumbrado público en el último tramo para que Jesús de la Salud y María Santísima de la Caridad vuelvan a su templo en un ambiente de luto.