Antonio Franco
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APOROFOBIA
Se rechaza al negro, al moro, al gitano...pero se admite que, por ejemplo, jeques árabes atraquen sus yates en puertos españoles, que jugadores africanos pueblen las competiciones de fútbol europeas y que Peret nos representara en el Festival de Eurovisión en 1974. Para hacer estas distinciones utilizábamos el término clasista. Las personas, en general, no somos racistas sino clasistas, decíamos.
Hasta que, hace unos pocos años, Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, acuñó el concepto de Aporofobia, para distinguirlo de la xenofobia o racismo. La Aporofobia es el miedo y el rechazo hacia las personas pobres. Este rechazo se produce por los prejuicios originados por las etiquetas que se les asigna a estas personas. Se relaciona a las personas pobres con delincuencia. Se “vende” que las personas pobres son potencialmente delincuentes y las rechazamos, criminalizando de ese modo a todo el que es pobre.
Esta palabra, aporofobia, ha sido la elegida por la Fundación del BBVA, como el neologismo de 2017.
Este concepto engloba a los pobres de todas las nacionalidades. No sólo a los que llegan en pateras o a los que intentan atravesar la frontera norte mejicana para pasar a los Estados Unidos, también a los indigentes nacionales.
Es verdad que existen personas racistas y no por ello son aporofóbicas. Un ejemplo lo tenemos en el denominado “Hogar Social de Madrid Ramiro de Ledesma, que ofrece comida para personas necesitadas, pero si son españolas. El nombre lo dice todo. Ramiro de Ledesma fue fundador del movimiento nacionalsindicalista inspirado en el fascismo. Estos neofascistas son xenófobos, sin más.
Volviendo al contenido del término que da título a este artículo, hay que tener en cuenta que la pobreza es una situación circunstancial, no es una condición permanente en las personas. Es verdad que las personas que nacen en un ambiente de exclusión social crónica, tienen muy complicado salir de la pobreza. La Historia nos enseña que siempre ha existido la pobreza extrema. Por poner un ejemplo, recordaba María Dolores Ruiz de la Canal, comisaria de la exposición organizada por nuestro Ayuntamiento en torno a la conmemoración del tricentenario del traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz en 1717, que en Rota había más de sesenta personas menesterosas que eran atendidas por los monjes mercedarios instalados en Rota en esa época.
En su informe anual, Cáritas destaca que, en nuestro país, los hogares que sufrieron los efectos de la crisis, no están percibiendo ningún tipo de recuperación. La recuperación económica no ha cambiado la tendencia a reducir la pobreza. Es más, hay que destacar que hay personas pobres aún teniendo trabajo, debido a la precariedad laboral permitida por las políticas económicas establecidas, que miran más la bonanza de los datos macro económicos que la situación de la ciudadanía.
Aporofobia, una palabra que irá unida a lamentables noticias y que oiremos en muchas ocasiones.
Salud.












La Iglesia siempre atiende | Lunes, 15 de Enero de 2018 a las 14:25:04 horas
allá va, larga lo que le apetece y se queda tan pancho, como si la gente no lo conociera ya.
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