La celebración del 400 aniversario fundacional de la Hermandad del Santo Entierro de Cristo y Soledad de María Santísima no pudo tener mejor broche de oro que la salida extraordinaria de sus dos titulares que ayer procesionaron por las calles de la villa luciendo como nunca antes se había visto al Cristo Yacente y la Soledad.

Los roteños respondieron a esta cita con la que se puso fin a un año completo de celebraciones en el que ha habido desde conferencias, exposiciones, presentación de libro y excursiones, a actividades deportivas, cultos y representaciones teatrales, entre otras.

A las cinco de la tarde desde la parroquia de Nuestra Señora de la O partía un largo cortejo en el que estuvieron representados hermanos de la hermandad con cirio en ristre, mujeres de mantilla, representantes de otras hermandades del Santo Entierro y la Soledad de la provincia, miembros de las juntas de gobierno de las hermandades de penitencia y gloria de la villa, el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de Rota o la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo de Sevilla que ha ejercido de madrina de este  400 aniversario del Santo Entierro. Una amplia representación que hizo de este cortejo un reflejo de la importancia de esta salida extraordinaria en la que también estuvo presente el cuerpo de la Guardia Civil, que como es habitual por ser hermano honorario de la hermandad escoltaba el paso de la virgen y el cristo, y el Almirante del Arsenal de Cádiz, en su condición de hermano mayor honorario de la cofradía. Además, hubo representación de Marina Española dando realce a una salida que contó con el acompañamiento musical de la Asociación Musical Ruiz-Mateos.

Las imágenes de esta salida que conmemora los cuatro siglos de andadura de esta hermandad quedarán para el recuerdo en la mente de cientos de devotos, la mayoría de ellos roteños, pero también muchos visitantes que debido a la coincidencia del puente festivo de la Inmaculada, pasan unos días en la localidad. El centro estaba pletórico, mucho público y con el tiempo acompañando lo que permitió que el Santo Entierro luciera como quería.

Momentos destacados hubo durante el recorrido que se prolongó en más de cinco horas, como la oración cantada de Antonio Martín-Arroyo, acompañado por la guitarra de Agustín Domínguez, al paso de los titulares por la Casa Hermandad del Santo Entierro, o el fragmento del pregón extraordinario de esta efemérides que pronunció el cofrade Juan Antonio Liaño Pazos desde la parroquia del Carmen donde expresó con la misma emoción de semanas atrás la importancia de estos 400 años.

La salida procesional de la hermandad en este 9 de diciembre, fecha que el Archivo Histórico recoge como el inicio de su andadura, reunió además a hermanos, capataces y costaleros que en estos años han estado vinculados de forma directa con el Santo Entierro pudiéndose ver en la calle las tareas compartidas de guiar a la cuadrilla de 56 costaleros que fue turnándose o cargar el peso del paso sobre los hombros.

La Soledad lucía vestida con una saya verde de terciopelo restaurada gracias a una donación de la cuadrilla de costaleros y tocado egipcio de tul bordado en hojilla de plata del SXIX, sus mejores joyas y una esmeralda de la patrona de Rota, dada la vinculación que existe con la Hermandad del Rosario. El Cristo Yacente iba a los pies en un túmulo sepulcral en imitación a piedra de Jerusalén donde llevaba simbología de la pasión, y el rosario del Niño que lleva la virgen del Rosario en sus brazos.  El misterio formado por los dos titulares principales de la hermandad dejó una estampa única al poder ver a ambos en el mismo paso de un modo muy diferente al habitual Viernes Santo.

En definitiva, la villa se volcó con esta salida extraordinaria con la que la Hermandad del Santo Entierro despidió un año intenso de muchas celebraciones y el objetivo cumplido de que el 400 aniversario de la cofradía tuviera un buen broche final como homenaje a tantas personas que han trabajado y trabajan por mantener viva la hermandad.