En una tarde más cercana a la época navideña que a la Semana Santa, los roteños pudieron disfrutar ayer de la presencia de Jesús Nazareno por las calles de la localidad. Una salida extraordinaria en una fecha nada habitual que no impidió que Rota se echara a la calle para arropar en esta cita especial a la imagen más venerada en la villa.

La procesión respondía a la conmemoración de los cien años del conocido como milagro de la lluvia que ocurrió en 1917 y ayer, con un cortejo sobrio y sencillo, se quiso rememorar aquel 21 de diciembre cuando los roteños sacaron a la calle a Jesús para implorarle el milagro de la lluvia ante la fuerte sequía. Por eso, ayer el Nazareno procesionaba en un estilo muy similar a como lo hizo hace un siglo. Túnica morada bordada, muy parecida a la que luce en el azulejo conmemorativo de la parroquia de la O por aquel milagro,  pequeña parihuela, algunas flores de adorno y mucho recogimiento.

Sobre las siete de la tarde, con una plaza Bartolomé Pérez e inmediaciones llena de público, se iniciaba el cortejo que partía desde el interior de la parroquia de Nuestra Señora de la O donde Jesús presidía el altar mayor en la misa de rogativas celebrada a las seis de la tarde. Faroles y en torno a medio centenar de hermanos portando cirios precedían la imagen del Señor de Rota al que portaba su habitual cuadrilla de costaleros aunque a lo largo del recorrido algunos fieles pudieron sentir también el peso de Jesús sobre sus hombros.

En el silencio de la noche que fue cayendo con mucha humedad pero bien de temperaturas, sólo se escuchaban los sones de las cajas chinas que palilleaban los músicos de la Banda de Música de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y las trompetas de Jesús, particular sonido de la Semana Santa. Tras ellos, una amplia representación de hermanas y devotos que acompañaron al Nazareno en su recorrido por las calles del casco histórico.

Especiales momentos se vivieron en la salida, con la plaza Bartolomé Pérez e inmediaciones del Castillo de Luna  a oscuras sólo iluminado por la llama de los cirios encendidos, así como la entrada de la imagen de Jesús en el interior de la ermita de San Roque para saludar a la Hermandad de la Veracruz donde se encontraba Jesús en su Triunfal Entrada en Jerusalén en besapiés para celebrar la festividad de Cristo Rey que se conmemoraba ayer 25 de noviembre. El Nazareno también hizo paradas en la capilla de la Caridad y ante la Hermandad de San Isidro. En estos como en otros puntos, se hicieron paradas para rezar oraciones rogando que el agua que es tan necesaria llegue pronto.

Anoche se pudo ver mucho público por todos los rincones por los que pasó el Nazareno demostrando que el Señor de Rota es sin duda, la imagen más venerada en la localidad. Fue una tarde de recogimiento, una sencilla procesión extraordinaria que recordó aquel milagro de la lluvia ocurrido en 1917 y que sirvió para disfrutar de la talla de Jesús durante unas tres horas de procesión.