Antonio Franco
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EXPERIENCIAS
Ahora que han pasado algunos días desde la huelga de basura llevada a cabo por los trabajadores de la plantilla de FCC y todo ha vuelto a la normalidad, me he acordado de una sentencia, refrán o pensamiento, que dice que “ningún mar en calma hizo nunca experto a un marinero”.
El equipo de gobierno local nos encontramos con la convocatoria de una huelga, por parte de los trabajadores de la limpieza viaria, ante la que nada pudimos hacer para desconvocarla.
A un primer intento por parte de los trabajadores de negociar el nuevo convenio colectivo, la empresa respondió en un tono prepotente. No admitió ninguna de las propuestas de sus empleados, sencillamente porque ni siquiera las había leído. Muy al contrario, presentaron la suya de rebajas salariales, en un intento de rebajar las pretensiones del colectivo y que finalmente la situación se quedara tal cual, según mi punto de vista. La vieja táctica de “te quiero quitar para que no pides más, y así dejamos las cosas como están”.
La reunión en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (SERCLA), a la que asistimos representantes del equipo de gobierno local a modo de simples observadores y/o mediadores en la medida de nuestras posibilidades, fue toda una desilusión ya que la empresa mantenía todas las puertas cerradas a la negociación.
Se invitó, por parte del equipo de gobierno local, a mantener una nueva reunión, esta vez en las dependencias del Castillo de Luna. El portavoz del equipo de gobierno encausó la reunión con el fin de acercar posturas, sobre todo en aquellos temas que no suponían costes económicos a la empresa. La cosa pintaba bien. El representante de Fomento Construcciones y Contratas, mientras iba tomando notas, explicaba que podrían ser asumidos. Algo se había avanzado, dado que, era la primera vez que la empresa se paraba a valorar cada uno de los asuntos que la plantilla de trabajadores habían reivindicado para contemplar en el nuevo convenio. La situación se atascó en el momento de la pretensión de asegurar un uno por ciento de subida, por parte del comité de empresa.
La negativa fue tajante por la parte empresarial. No obstante, convinimos en dar un plazo de algunos días para estudiar las propuestas de los trabajadores y volver a reunirnos antes del comienzo de la huelga indefinida anunciada por el colectivo de trabajadores.
Mientra tanto, desde el equipo de gobierno ya se barajó intervenir de una manera activa en el conflicto que se avecinaba. La postura de FCC nos hizo dudar de que aceptara la propuesta laboral de sus trabajadores.
Tal y como preveíamos, la empresa no aceptaba “la parte espinosa” del asunto, es decir, asegurar el uno por ciento de subida en las nóminas de los trabajadores. Después de haber traducido a números absolutos lo que esa subida representaba en el conjunto de un mes a la empresa, es una opinión personal, creo que, en realidad, no se trataba de dinero, sino de no sucumbir por parte de la empresa a las pretensiones de la parte social. Así lo expresé en aquella última reunión. La huelga empezaba sin remedio el lunes siguiente a esa reunión.
A renglón seguido, trasladamos a los trabajadores la idea de acudir a la figura del Secuestro del servicio de limpieza viaria, en el momento en que la huelga se pusiese en marcha. Ello con el fin de garantizar a la plantilla, el mantenimiento de sus reivindicaciones. El comité de empresa quedó enterado y “vio con buenos ojos” la medida que íbamos a poner en marcha.
Teníamos que ser rápidos, pues la acumulación de basuras sería desorbitada desde el segundo día de huelga. No podíamos permanecer pasivos a la espera de que la huelga acabase, dado la postura por la parte empresarial que siempre es la más fuerte.
Se convocó a los portavoces de los partidos políticos con representación en la Corporación para informarles de la medida que el equipo de gobierno iba a llevar a cabo y que tenía que ser aprobada en un pleno extraordinario y urgente, al tercer día de la huelga convocada, en el que se aprobaría poner en marcha “el secuestro”, esto es, la intervención de la empresa concesionaria del servicio, mientras durase la huelga general. Teníamos que garantizar la recogida diaria de basura por motivos, no sólo de imagen turística (que también) sino por motivos de salubridad. Finalmente, el pleno se celebró iniciado ya el cuarto día de huelga porque había que esperar veinticuatro horas desde que se comunicó a la empresa la medida a tomar por parte de nuestro ayuntamiento para que expusiese las alegaciones que considerase oportunas.
Las alegaciones presentadas no se sostenían jurídicamente, toda vez que había un incumplimiento del contrato de recoger la basura los 365 días del año (excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero), aunque ese incumplimiento se debiese a la huelga. El Ayuntamiento como “cliente” no podía esperar a que las partes (empresa y trabajadores) se pusiesen de acuerdo mientras que la población de Rota sufría las consecuencias.
Así se explicó a los portavoces de los distintos partidos políticos de la oposición. Así se comunicó, ya digo, desde el principio a los trabajadores. Alguien dijo una vez que “en la vida hay algo peor que el fracaso, es no haber intentado nada”.
El resultado de la votación de aquel pleno ya todos la conocemos. La abstención, en una votación, puede tener distintas connotaciones, según la propuesta o la moción de que se trate. Desde mi punto de vista, la abstención de toda la oposición en la propuesta de secuestrar el servicio, es algo así como “lavarse las manos”, y “allá el equipo de gobierno con las consecuencias”.
Ni hizo falta llevar a cabo la propuesta aprobada por el equipo de gobierno. Dos horas después, la empresa convocaba a los trabajadores y, ahora sí, estaba dispuesta a negociar lo que antes era innegociable. La huelga fue desconvocada horas después.
Vivimos la experiencia de haber sorteado la tormenta en soledad.
Salud.












antonio andres | Viernes, 25 de Agosto de 2017 a las 23:56:18 horas
Con esas dotes de negociacion innatas que tiene, me extraña que no le llamen para negociar con su camarada nicolas maduro sobre como resolver el caos patriotico que sufre el pais, o tambien podrian llamarle para mediar entre el presidente imperialista y el lider supremo de corea del norte. Su carpeta podria dar la vuelta al mundo.
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