Antonio Franco
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MAESTROS DE LA REPÚBLICA (I)
En 2006, la periodista y escritora María Antonia Iglesias publicó su obra “Maestros de la República. Los otros santos, los otros mártires”. Eligió a nueve maestros y una maestra para cada uno de los capítulos que componen la obra. Fueron maestros republicanos asesinados o represaliados por la dictadura. El artículo de esta semana surge de las ideas plasmadas en dicha obra.
Hay que recordar que la Segunda República puso en marcha un programa de reforma global del sistema educativo dado que el sistema educativo español se hallaba en condiciones muy precarias, por decirlo de una forma suave. A principios de la década de los años treinta del siglo XX, el Estado tenía una presencia muy débil en la enseñanza ya que estaba subordinado a la actuación de la Iglesia Católica en esta.
La Segunda República puso en marcha la construcción urgente de escuelas y dignificó la figura del maestro elevando considerablemente sus retribuciones. Fomentó una pedagogía activa y participativa y dio a la enseñanza una concepción laica. Existen datos que hablan de que en cuatro años, entre abril de 1931 y abril de 1934, el número de maestros nacionales pasó de 37.000 a más de 50.000.
Acabada la Guerra Civil, la política franquista erradicó de manera sistemática toda la política educativa y cultural de la República. Pero, además, los maestros y maestras sufrieron una “depuración” del régimen franquista. En nueve provincias, de las que existen datos sistemáticos, fueron ejecutados en torno a 250 maestros y 54 institutos públicos de enseñanza secundaria creados por la República fueron cerrados. En torno a un 25 por ciento de los maestros sufrieron algún tipo de represión y un 10 por ciento fueron inhabilitados de por vida.
La mayoría de las ejecuciones de maestros tuvieron lugar al inicio de la Guerra Civil.
El régimen que surgió tras la Guerra Civil no fue una dictadura benevolente sino un régimen totalitario que buscó implantarse por el terror. No se puede negar que lo consiguieron. Hasta hace relativamente pocos años, transcurridos ya más de cuarenta años del periodo de la Transición Democrática, las personas más longevas aún conservaban el miedo en su interior. El objetivo era explícito: el punto 6º de los 26 Puntos de la Falange declaraba que “nuestro Estado será un instrumento totalitario”.
A la hora de llevar a cabo la represión, no sólo fueron los verdugos los responsables. Aquellos eran generalmente grupos de falangistas armados y matones, que luego alardeaban en el pueblo de los asesinatos y amedrentaban a los vecinos. Una buena parte de la responsabilidad correspondió a curas de la Iglesia Católica que elaboraban listas negras y acompañaban a los fusilamientos. Los testimonios son abrumadores.
El nacional-catolicismo aniquiló la tradición humanista, liberal y reformista en el terreno de la educación y la cultura. El magisterio fue diezmado, se fomentó la desigualdad entre centros y alumnos y el adoctrinamiento fue inmisericorde. En el catecismo de aquella época, el catecismo Ripalda, se preguntaba: “¿Hay otras libertades perniciosas? Sí señor, la libertad de enseñanza, la libertad de propaganda y de reunión. ¿Por qué son perniciosas esas libertades? Porque sirven para enseñar el error y propagar el vicio”. (Continuará).












El Gran Dictador | Viernes, 28 de Abril de 2017 a las 22:12:28 horas
Si de verdad se quiere ir al origen de los asesinatos entre "bandos", habria que remontarse a epocas aún más lejanas, de cuando los reyes mataban al pueblo de hambre. Podriamos coger cualquier epoca monarquica, por ejemplo la de Fernando VII, donde este despues de venderse a Napoleón, regresó como rey y lo primero que hizo fué mandar matar a los que elaboraron la Constitución de 1812 e reinstaurar el totalitarismo y exterminar al pueblo, o la de Alfonso XIII, el ultimo rey pre-republica, en la que este corrupto monarca se llevaba las riquezas saqueadas al país al extranjero, mientras que el pueblo moria de hambre. Por aquellos entonces los crimenes eran mucho más numerosos, pero como a quienes mataban era al pueblo no les interesa a los "historiadores nacionalcatolicos".
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