A las siete y media de la tarde se abrió por tercera vez en esta Semana Santa las puertas de la capilla de San Roque para dejar paso al Cristo de la Veracruz y a María Santísima de las Angustias, ambos titulares de la Hermandad de la Veracruz que sin duda, es la que mayores esfuerzos tiene que hacer en esta semana al salir en procesión tres días a la calle. Ese esfuerzo se ve recompensando con la presencia de público esperando el discurrir de un cortejo que esta vez estaba compuesto por unos 200 hermanos y que salió a la calle media hora más tarde de lo habitual.

Aún así, como siempre, la salida de los pasos por la estrecha puerta de la ermita hacen que el trabajo de las cuadrillas de costaleros sea lento y se tarde un poco más en comenzar la estación de penitencia, algo que no importa a los ciudadanos que se quedan esperando para dar la bienvenida a dos imágenes muy seguidas en la tarde de un Viernes Santo que se presentó abarrotada de público principalmente, por la zona del casco antiguo donde en algunos puntos casi coincide con el discurrir de la otra hermandad que también procesionó ayer, el Santo Entierro. En cualquier caso, para el público, ese no es un problema sino una ventaja ya que en un mismo punto pueden ver pasar dos cofradías que ponen punto y final a las jornadas fúnebres de la Semana Santa.

La Hermandad de la Veracruz tuvo algún percance en su recorrido y a Jesús se le cayó una de las potencias, pero no quedó más que en una anécdota ya que el Cristo procesionó imponente como siempre al igual que la Virgen de las Angustias que también levanta el fervor de los roteños.

Los veracrucistas alargaron su hora de entrada en capilla y aunque la Cruz de Guía llegó puntual a San Roque para la recogida a la una de la madrugada, hasta las dos menos cuarto no entró la virgen definitivamente en el templo despidiéndose así de una jornada larga tras una intensa Madrugá y satisfactoria por la estación de penitencia completada.